Análisis
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Género
Drama, Fantástico, Thriller
Lo mejor
Si te gustan las sonoridades ambientales estilo Cliff Martinez (a lo "Solaris").
Lo peor
Si no te sientes capaz de apreciar ese tipo de sonido.

Take Shelter

2011

Es la primera vez que consigo ir a la inauguración del Festival Internacional de Cine de Gijón. Hasta ahora, por olvido o por trabajo, nunca había podido acudir al mismo, y seguramente no sea la última vez que lo haga.

Si es cierto que había acudido a películas sueltas durante los anteriores festivales, como la magnífica cinta de terror sueca Let the Right One In (2008) o Adoration (2008) del canadiense Atom Egoyan (donde aquel año acudió el mismísimo Mychael Danna, a quien tuvimos ocasión de hacer un par de preguntas en la mesa redonda final, con Edu como interlocutor), pero jamás lo había hecho en el acto de inauguración (ni en el de clausura).

En esta edición número 49 (se dicen pocas), tras la actuación de los Corizonas (fusión de dos bandas, los Coronas y Arizona Baby), una magnífica mezcla de rock and roll, folk y country, llegó un pequeño y cómico speech de Pepe Colubi, quien acto seguido presentó las retrospectivas que tendrían lugar, dando comienzo a un pequeño descanso de 15 minutos para estirar piernas y asistir a la película de apertura, Take Shelter (2011), un inquietante thriller psicológico de tintes fantásticos en V.O.S.

Take Shelter, la Película

Dirigida magistralmente y con pulso por Jeff Nichols (quien obtuvo el Gran Premio de la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes), Take Shelter cuenta la historia de un hombre llamado Curtis que lleva una vida completamente normal e idílica en un pueblo de Ohio, hasta que comienza a sufrir toda una serie de extrañas pesadillas relacionadas con una gran tormenta de dimensiones apocalípticas (como diría el bueno de Pedro Piqueras), además de toda una serie de fenómenos extraños y paranormales (como las recurrentes bandadas de pájaros que surcan los cielos).

Curtis podrá compaginar, inicialmente, sus pesadillas con su trabajo y con su familia (su bella mujer Samantha y su hija sordomuda), pero conforme las pesadillas sean más recurrentes y violentas, Curtis comenzará a pensar que podría estar ante esquizofrenia hereditaria (como el caso de su madre), acudiendo a varios expertos (aunque los síntomas no sean exactamente los mismos).

Su carácter irá cambiando, y su obsesión por proteger a su familia de esa hipotética tormenta le llevará a endeudarse para fabricar un bunker, todo ello en el actual panorama de crisis mundial.

Todo se irá poniendo cuesta arriba, perdiendo el empleo, su seguro médico, endeudado hasta las cejas, y con el matrimonio tambaleándose, mientras las pesadillas no cesan de produciendo, desembocando todo en un intenso clímax final.

Los actores están francamente bien, destacando el matrimonio protagonista, formado por el personaje de Curtis, interpretado eficazmente por Michael Shannon (Revolutionary Road, Before the Devil Knows You’re Dead o el remake de Bad Lieutenant), quien transmite perfectamente la angustia y la obsesión de su rol, y su bellísima mujer Samantha, interpretada por Jessica Chastain (recientemente vista en The Debt o The Tree of Life), quien transmite la impotencia de ver la autodestrucción de su marido, quien parece haber enloquecido de repente ante los ojos de toda la comunidad.

Y detrás de toda esta excelente parafernalia semifantástica se esconde una crítica a los tiempos que corren, la crisis económica, que todo lo destruye (el empleo, el endeudamiento o la pérdida del seguro médico cuando van a operar a su hija sordomuda), y el miedo del padre por proteger a su familia, porque nada les pase (aunque el aparente enemigo sea una hipotética tormenta).

Es una excelente película de ritmo pausado (de desarrollo, vamos) que va inexorablemente caminando hacia su destino final, con un impactante y meritorio clímax final, con un paralelismo inevitable, en cuanto a comparación, con aquella fantástica película australiana de Peter Weir llamada The Last Wave (La Última Ola, 1977), con un genial Richard Chamberlain como protagonista.

Y por supuesto, y de lejos, es una de esas películas inteligentes donde no se insulta al espectador constantemente con los tópicos del género, buscando construir atmósferas inquietantes y paranormales con cuatro efectos especiales (aplazando el toque final para el clímax) y con escenas tan intensas y malsanas como la pesadilla de Curtis con su mujer Samantha, casi una desconocida a ojos de su marido, quien con su aterradora mirada contempla un cuchillo de cocina que tiene a sus espaldas, mirando acto seguido a Curtis, quien aterrado niega con la cabeza, leyéndole claramente sus intenciones (quizás una visión del futuro enfado de la mujer por su despido).

En definitiva, un producto altamente recomendable y que hará las delicias de los amantes de los thriller psicológicos fantásticos.

David Wingo, Compositor

Curiosamente, cuando comenzó a sonar la música, el primer compositor que me vino a la cabeza fue Cliff Martínez. Así que pensé… ¡Wow, vaya año que lleva éste hombre!. Su Drive me encanta, uno de los trabajos más interesantes del año, y este score para Take Shelter era genial, no tan redondo, pero tremendamente efectivo.

Pero hete aquí la sorpresa cuando el compositor asignado no era Cliff Martínez, sino David Wingo, un guitarrista que lidera un grupo musical llamado Ola Podrida desde el 2006, y que debutó en el cine con el drama George Washington (2000), debut del director David Gordon Green, con quien volvería a trabajar en los dramas románticos All the Real Girls (2003) y Snow Angels (2007) o en la comedia juvenil The Sitter (2011).

Y así llegamos al 2011, donde colaborará con Jeff Nichols en Take Shelter, colaboración que ha continuado con el drama Mud, de estreno previsto para el 2013, y donde nos encontramos de nuevo con Michael Shannon como uno de los protagonistas de la película.

El Score

Pues trabaja, fundamentalmente, sobre una idea central; las continuas pesadillas y visiones de Curtis, asociándole un motivo obsesivo y repetitivo, a modo minimalista, cuyo sonido electrónico es como el de una especie de campanilleo (casi como de goteo) que se repite una y otra vez, sobre un mar de tonalidades atmosféricas, y que ambienta  y manifiesta perfectamente esa obsesión de Curtis.

Fue ese motivo central y recurrente el que me hizo pensar en Cliff Martínez, trayéndome a la memoria su magistral trabajo para la incomprendida Solaris de Steven Soderbergh.

Por otro lado, David Wingo ofrece pasajes más atmosféricos y atonales para los momentos más tensos o terroríficos (como el ataque de los extraños a la casa), limitándose a reforzar esa sensación de auténtica pesadilla continua que vive Curtis cada vez que cierra los ojos.

Sin embargo, el compositor se va guardando ases en la manga para la parte final, el previo al clímax, y el clímax en si mismo, donde el drama se hace más patente, y la angustia va tomando cuerpo de forma definitiva.

La alarma de tormentas y huracanes pone en jaque al pueblecito de Curtis, y por fin puede poner en protección a su familia en el refugio anti tormentas. Pero la salida de ese bunker será toda una odisea, donde Samantha y su hija deberán convencer a Curtis de que abra el bunker horas después, cuando todo ya ha pasado.

David Wingo elabora un corte intenso y francamente angustioso, que te asfixia e incomoda en todo momento, hasta que Curtis abre el bunker y la luz del día inunda todo, despareciendo toda angustia y sufrimiento (recogido en el corte Storm Shelter).

Pero el as final es el impactante clímax final (verdaderamente antológico y escalofriante), recogido en el  magistral corte At the Beach, donde David Wingo nos ofrece una versión más pausada y delicada del motivo principal, que va construyendo una marcha musical fatal y trágica, donde las cuerdas envuelven el conjunto final, dotándole de un dramatismo realmente angustioso, con las imágenes que vemos en pantalla conformando un tapiz francamente desolador para el espectador y los protagonistas.

Conclusiones

Muy positiva, destacando el buen hacer de un compositor que ha sabido reflejar las angustias y miserias de Curtis y su familia, así como esas tonalidades fantásticas de las pesadillas y sueños del protagonista.

Por suerte tenemos la edición de Milan Records sobre el score del compositor, que se ha tomado molestias en la construcción de un motivo central obsesivo y repetitivo que encaja perfectamente con el patrón o perfil de Curtis, trabajando perfectamente todos los aspectos psicológicos del personaje principal y la historia que vemos en pantalla.

El CD incluye una canción llamada Shelter, al final del disco, y que es interpretada por el cantante Ben Nichols (hermano mayor del director Jeff Nichols).

En definitiva, un compositor a seguir y que espero vaya despuntando en el panorama musical actual.

Take Shelter

01. Opening (1:28)
02. Signing (1:27)
03. Going To Work (0:42)
04. Dog Attack (1:00)
05. Dreams (0:33)
06. Doghouse (1:13)
07. Kidnap (0:59)
08. Library (1:57)
09. Under Siege (1:35)
10. Take Shelter (1:48)
11. Pills (0:56)
12. Hallucination (1:17)
13. Pumping Gas (1:13)
14. Lightning (2:29)
15. Building The Shelter (0:51)
16. Medicating (0:40)
17. Lion’s Club (1:06)
18. Bird Attack (1:14)
19. Storm Shelter (7:09)
20. At The Beach (2:20)
21. Shelter by Ben Nichols (3:29)

Duración total: 35:26 minutos