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The Pact

Para alguien que sea muy aficionado al terror (y thrillers de terror), es raro ver algo que a estas alturas te sorprenda. Y The Pact, hasta cierto, punto no lo hace. Y quizás, su mayor virtud, sea no intentarlo, sino basarse en algo que hoy día se ha olvidado muchas veces; construir un buen relato de terror con tintes de thriller, de forma sobria y realista, incluso en el contexto sobrenatural.

The Pact (2012)
Compositor: Ronen Landa
Año: 2012
Lo mejor: Su equilibrio entre terror-suspense y melancolía-dramatismo, además de ciertas fases experimentales
Lo peor: No es nada nuevo, pero gana en escucha aislada tras visionado de la películaNUESTRA NOTA

Todo va encajando y sumando al conjunto final, y para ello también se sirve de la música, efectista a ratos, asfixiante en otros, sugerente cuando debe serlo, y todo ello aderezado de un tema central sencillito y melódico, de tintes melancólicos.

The Pact – De Corto a Largo

Nicholas McCarthy, el director, venía de realizar varios cortos de diversa índole (desde un musical hasta el terror, de un extremo a otro, vamos), hasta que el último de ellos, The Pact (2011), tuvo un relativo éxito. En sus once minutos de duración vemos a una mujer que trata de vivir el día a día tras la reciente muerte de su madre, mientras una inquietante presencia emerge en la casa de su infancia.

El reconocimiento crítico del corto provocó que el director se lanzase a la aventura en el 2012, alargando la historia de 11 a 89 minutos, añadiendo más trama y personajes al guión, convirtiéndose la película en una más que digna producción de terror con elementos de thriller, y sumando críticas favorables en Sundance.

La trama de partida, en esencia, gira sobre el mismo punto, con añadidos (por supuesto); tenemos el fallecimiento de una mujer mayor y el regreso de sus dos hijas al hogar de su infancia (donde antes era una), una casa que esconde una terrorífica presencia sobrenatural que nos irá descubriendo la terrible verdad.

La película ya presenta sus cartas sin trampa ni cartón; una de las dos hermanas, tras hablar con su otra hermana para animarla a venir al funeral,  y acto seguido con su hija (que se encuentra pasando la noche en casa de su prima), acabará experimentado extraños acontecimientos en la casa, desapareciendo en la misma en plena noche. Esta evidencia nos es desvelada con la llegada de Annie (una genial Caity Lotz, la genial Sara Lance de Arrow), que pese a las reticencias iniciales hará caso a su hermana y acudirá al funeral de su madre, una mujer dominante que tuvo que criar a dos hijas sin figura paterna.

Tras el funeral, los acontecimientos se precipitan; Annie, su prima y su sobrina deciden dormir en la inquietante casa, y esa misma noche, desaparece la prima y una extraña y violenta presencia sobrenatural “ataca” a Annie, quien logra huir con su sobrina rumbo a comisaría, donde un detective (un correcto Casper Van Dien, quien me lo iba a decir) trata de poner un poco de orden al caos de extrañas explicaciones que le da Annie sobre lo acontecido en la casa.

Tras el interrogatorio, Annie decide dormir en un motel, pero un inquietante y terrorífico sueño la pone en alerta de que algo no marcha bien; la desaparición de su hermana y su prima, presencias sobrenaturales en la casa…

Decidida a dar con la solución del misterio, médium incluida, acabará desenterrando un terrible secreto que anida en la casa (“el pacto”), donde los espectadores vivirán un interesante giro que es de agradecer en los tiempos que corren.

El principal activo de la película es la construcción sobria, realista y seca, sin adorno alguno o exceso innecesario; es una narración directa, sencilla y transparente, sin engaños. Podrá gustarte más o menos, pero no insulta al espectador abusando de tópicos y típicos (y otras estupideces aún peores del género de hoy).

Su milimétrica puesta en escena y narración va haciendo encajar todas las piezas de un puzzle interesante con dos o tres momentos realmente inquietantes y que causan cierto desasosiego (no es nada nuevo que no hayas visto antes, pero se agradece la seriedad en el desarrollo). Nicholas decide contar la historia sin adornos que desvien la atención de la trama, pasando del típico cuento de fantasmas sobrenaturales a un thriller criminal, todo ello de forma impecable, sin necesidad de hacer actos de fe (quizás te surga una o dos preguntas cuando se descubra el pastel, pero no son sangrantes; cada uno que piense aquello que mejor le venga en gana, por qué no).

Y es curioso el rol de papeles, la transformación de los personajes, y especialmente, resumiendo lo anterior, que el director sabe construir un contexto dramático donde uno puede sacar conclusiones. Annie es la hermana pequeña, rebelde e independiente, que decide volar del nido y escapar a las garras de una madre que se nos presenta autoritaria; sin embargo, la otra hermana, es más dependiente de la madre, y supuestamente (no se nos dice explícitamente) su marido o pareja (o lo que fuere) la ha abandonado, luego ha criado a su hija sin figura paternal (parecido a su madre).

La desaparición de la hermana tampoco extraña en un principio, pues se comenta que más de una vez ha desaparecido dejando a su hija en manos de su prima (lo que denota problemas familiares, todo muy cotidiano, cercano y realista, como ya comentamos).

Y se agradece que el director no adorne la historia con rellenos innecesarios; por poner un ejemplo, hubiera sido muy goloso caer en el tópico de una relación romántica entre Annie y el detective, pero el director lo descarta, y evita que la trama se diluye o distraiga con cosa innecesarias (pocas personajes, sin romances…).

Todos los elementos suman, pero especialmente Caity Lotz facilita mucho el trabajo, así como el trabajo de narración y dirección, y como no, el score de Ronen Landa, que compone un trabajo ajustado pero no de relleno, equilibrando más el conjunto final con un toque melódico que funciona como tema central del score, pero sin destacar excesivamente, en esa línea de encaje musical que sabe acompañar sin molestar.

Meeting Ronen Landa

Ronen Landa no recibió formación clásica, hablando en términos musicales, hasta los 17 años; mientras, en sus primeros años, recibió clases de piano, y la mayor parte de su formación musical fue autodidacta, escuchando muchísimos discos de rock y jazz, aprendiendo por su cuenta a tocar la guitarra.

Tras tocar en varios grupos en las afueras de su ciudad natal (Washington, D.C.), se traslada a New York, momento en el que, con 17 años de edad, reorienta su carrera musical, aprendiendo repertorio clásico, comenzando enseguida a componer para grupos de cámara u orquestas, sin perder de vista sus inquietudes musicales iniciales, aunque diversificando estilos musicales.

Su carrera cinematográfica arranca a comienzos del nuevo siglo, inmerso en una curiosa producción fantástica y de ciencia ficción llamada Meridian (2002), lo que le llevará, tras varios cortos, al drama romántico Divergent (2007) y la serie televisiva Dlife (2008).

Más cortos y documentales (entre ellos The Pact en el 2011) le llevan al largo The Pact (2012), una oportunidad que no desaprovecha, y que supondrá el inicio de una colaboración con el director Nicholas McCarthy, donde nos encontraremos con una nueva e interesante producción de terror en el 2014, menos redonda y más efectista, pero igual de sobria y realista, At the Devil’s Door (Home).

Entre sus últimos trabajos están la comedia Cavemen (2013), encontrándose inmerso en varios proyectos, donde destacan el drama romántico Hell of a View y el thriller Eloise.

Como anécdota,  el director Nicholas McCarthy y el compositor fueron presentados por un amigo común, y ambos descubrieron que compartía pasión por la música de cine clásica. Esta pasión les unió desde el corto The Pact, y en palabras del propio compositor cuando se rodó el largo de The Pact, «fui afortunado de que Nick me diese la oportunidad de componer la escalofriante música del corto, permitiéndome volver a contar con el mismo equipo de producción para volver a trabajar codo con codo y crear un trabajo máa terorífico y emocional que acompañase a las imágenes«.

¿Qué te vas a Encontrar?

Una partitura equilibrada en términos musicales, balanceada entre la atonalidad del suspense y el terror que provocan las apariciones y sueños varios, y la melancolía del tema central, relacionado con la madre, las dos hermanas y ese “pacto”.

Y, aderezando el conjunto, música de thriller, cuasi de investigación, para las pesquisas que sigue Annie Barlow para desentrañar el terrible secreto de la casa de su infancia.

Como muchos de los trabajos de terror actuales, sufre un poco desligado de la película por su dureza, pero la sobria y efectiva construcción milimetrada de Ronen Landa es el perfecto acompañamiento para las imágenes, lo que suma, y mucho, en escucha aislada.

Además, el compositor utiliza una orquesta de cámara con solistas, pero añade técnicas y sonoridades experimentales para generar zozobra, inquietud y, como terror. Apparitions, un largo corte de 9 minutos, es el perfecto ejemplo.

Screamworks Records, sudivisión de Moviescore Media, editó vía digital y física la partitura de Ronen Landa, y constituye un buen ejemplo de la sobriedad musical que SI ayuda a realzar las imágenes de la película.

Análisis Temático

Llama la atención, a diferencia de muchas películas de terror actual, que Landa se preocupe de darle un toque sentimental a la historia con un motivo cargado de melancolía, dulce y suave, construido sobre el piano y un violín solista principalmente, motivo que lo encontramos en Her Little Dreams (Theme from “The Pact”).

Este motivo central recoge perfectamente la esencia de la historia; una dura infancia para una madre que debe cuidar y criar a sus dos hijas en un hogar donde el padre les ha abandonado. Ese motivo también simboliza el amor de la madre, un amor que es el motivo del Pacto que descubriremos posteriormente, un pacto que mantuvo a salvo a sus dos hijas en vida mientras la madre viviese.

Ese tema se traslada, finalmente, a Annie Barlow y a su sobrina en la resolución final, el penúltimo corte, un reprise del anterior tema, donde Annie se convierte en “la madre” de su sobrina, renovando de alguna manera un pacto de cariño y amor, este ya a salvo de los vicios del pacto inicial.

Retazos del tema aparecen aquí y allá, como un piano que parece hacer querer emerger ese motivo central en Shattered Glass, pero siempre de una forma contenida, como no queriendo caer en el exceso dramático, pero si esbozando el dolor y los recuerdos del pasado, de forma siempre sutil, o la parte final del corte Apparitions, combinada con música de tensión ligeramente asfixiante a través de las cuerdas y sonoridades experimentales muy interesantes. Pero casi me trevería a decir que es una intención musical que no queda claramente definida, prueba de que Ronen prefiere cnetrarnos en la investigación del caso, musicalmente hablando, y se limita a ir trabajando según las necesidades y preferencias.

De igual forma, Annie Barlow recibe, por llamarlo de algún modo, un motivo, de carácter rítmico y percusivo, que se convierte en un corte que acompaña su presencia y la investigación.

La aparición de Annie en moto va acompañada de este tema, en Annie Barlow, donde un ritmo percusivo y pulsante acompañado de unos pizzicatos de contrabajo (elemento muy jazzístico, quizás deformación «bendita» musical de sus comienzos) construyen un tema muy de thriller, algo que va con el personaje, vital en el desarrollo de la trama para descubrir el secreto.

A Third Room, la famosa tercera habitación oculta que acabará explicando el misterio (y un corte previo a la resolución climática), se acompaña en el inicio de ese motivo, primerocon los pizzicatos del contrabajo, añadiendo en un momento dado hasta metales, seguido de un ostinato de piano, y con aparición puntual de ese ritmo percusivo.

Y está el terror, de la mano de dos tipos de sonoridades; la sugerente y envolvente, y el terror más expresivo musicalmente hablando, o lo que es igual, cuando el horror hace aparición en pantalla, reflejándolo con música violenta pero no excesiva, lo cual, dicho sea de paso, se agradece.

Shadows nos describe la primera irrupción sobrenatural en presencia de Annie, donde su prima desaparece tras ver una inquietante sombra. Al principio la música es asfixiante con las cuerdas, con un golpe seco y violento, que abre la veda para el terror tras una fase sugerente de suspense que es desplazada cuando la presencia sobrenatural lanza de un lado a otro de la casa a Annie, cuchillo en mano.

En ese momento se produce una explosión violenta y percusiva, unos golpes que acentúan el horror de la aparición sobrenatural, un recurso musical que Landa mantiene presente en el corte Head Games, una de las escenas más aterradoras de la película de lejos (un inquietante e impactante sueño-pesadilla) y en el excelente corte de desarrollo Apparitions, donde Landa ofrece un Tour de Force de terror dificil de ver-escuchar en una película de hoy.

Apparitions es la visita de Annie con una médium a su casa, una visita que terminará con ciertas revelaciones conforme avancen por la casa y accedan a la tercera habitación. La construcción es impecable; cuerdas, metales y sonoridades experimentales convierten a este corte en una experiencia musical de innovación en esa línea avant-garde (experimental para los amigos) que tanto nos gusta a los que buscamos algo diferente.

El propio Landa introduce sonoridades cotidianas (ruidos de la secadora y de radiadores, instrumentos de cocina o incluso copas de vino) para ofrecer texturas musicales que generan zozobra y tensión; en éste corte se puede observar, por ejemplo, en las percusiones y los sonidos de ambiente, como en el minuto cinco y cuarenta cinco, donde Landa introduce una sonoridad que casi parece el sonido de un sónar, acompañado de un piano que esboza suavemente, sin desarrollar, el tema central.

Un poco antes de esta estupenda sonoridad, de nuevo nos ofrece ese motivo percusivo de terror para una nueva aparición (demoledora completamente) que tiene lugar a plena luz del día, lo que rompe esa idea del mal acechando en la oscuridad (algo que en Insidious pudimos observar con la presencia del demonio). Ni el día es ya una garantía de tranquilidad.

Además, hay una sonoridad que genera mucho suspense y que es muy recurrente en el score; el primer corte, Iris, (relacionado con el ojo, algo que será muy revelador), ofrece una especie de zumbido misterioso que Landa recupera en Through the Lens, inquietante corte para el momento en el que nuestro detective descubre en su cámara de fotos una inquietante presencia, lo que provoca se desplace a la casa de Annie a investigar (craso error).

Ese zumbido aparece en el comienzo de Apparitions, pero donde nos delata el terror real de la situación es en Bloodshots, la pieza climática de la partitura, donde Annie se enfrenta al terrible misterio, mucho menos fantasmagórico que lo que la historia promete, y más propio de la historia negra de crímenes de los EE.UU.

Es un corte tenso donde las cuerdas oprimen y la percusión, finalmente, hace acto de presencia para el “showdown” final. Un tema de impecable construcción, ajustado a las imágenes y que trabaja perfectamente el drama y la tensión del momento.

Al margen de la inquietante nana que cierra la banda sonora (tenso cierre que da lugar a interpretaciones, o simplemente se queda en anécdota típica de pesadilla más bien, en mi opinión), tenemos, además, una especie de pequeño motivo y sonoridad recurrente, a través del piano y el solo de violín, un tema que asociaría a la presencia fantasmal que vive en la casa.

Pendants, el momento donde Annie investiga el colegio donde trabajó su madre, es un corte delicado donde emerge ese motivo cuasi fantasmagórico, muy etéreo y de tono melancólico. El corte acompaña a una mujer que posa junto a su madre, que lleva puesto el mismo colgante que Annie, una cruz (mujer que ha desaparecido hasta la fecha de hoy). En ese mismo corte descubrirá la última pieza del puzzle que acabará configurando la verdad del pacto.

Y Landa lo recupera, a modo de coda final liberador, en el corte Letting Go, donde todo ha acabado y la presencia fantasmal de esa mujer cuya identidad ya ha sido desvelada descansa en paz, abandonando la casa, un corte que me recuerda un poco al uso que hace Christopher Young de la melodía de tono melancólico y liberalizador en trabajos como Jennifer 8, o a ese maravilloso tono fantasmagórico y melancólico de The Tower.

En Conclusión

No es un trabajo original, rompedor o que vaya a marcar un punto de inflexión; es una banda sonora trabajada, con oficio, lleno de momentos experimentales, equilibrada y ajustada a las imágenes, pero no como un mero relleno al uso como sucede en muchas de estas producciones. Hay sentido en la construcción, intenciones, y lo más importante, un inteligente uso con las imágenes, describiendo y narrando sin intrusión, pero dejándose notar, y eso es de aplaudir.

No te quedará grabada en caché, y no se si la volverás a escuchar, pero cuando recuerdas la película The Pact, si te sucede como a mi, agradecerás el buen hacer de todos los implicados, incluido Ronen Landa, y eso ya es mucho más de lo que se puede decir del cine de ahora, y consecuentemente, de la música, tan tramposa y funcional como vacía y carente de personalidad e intenciones.

Un más que correcto trabajo.

Listado de Temas

01. Iris 0:58
02. Annie Barlow 1:55
03. Her Little Dreams (Theme from «The Pact») 2:01
04. Shadows 2:59
05. Head Games 1:44
06. Shattered Glass 1:33
07. Apparitions 9:20
08. Pendants 1:39
09. Through the Lens 1:44
10. A Third Room 3:08
11. Bloodshots 4:30
12. Letting Go 1:20
13. Her Little Dreams (Theme from «The Pact») (Reprise) 2:07
14. The Judas Song (Bonus Track) 1:00
Duración total: 35:57
Compositor: Ronen Landa
Sello: Screamworks Records
Formato: CD y Descarga Digital
Fecha de publicación: 12 de Junio 2012
Sitio Oficial: Screamworks Records