The Hunted

Cuando cambié de trabajo, hará unos cinco años, me encontré con la posibilidad de pasarme las ocho horas del curro (a veces más, a veces incluso menos) escuchando música de cine como acompañamiento y en todo momento (y quien dice música de cine, dice cualquier tipo de género, como clásica, reggae o rock).

Está claro que uno no puede escuchar cosas como Rambo, La Guerra de las Galaxias, Conan el Bárbaro, Batman o Depredador mientras trabaja en la oficina, básicamente porque hay más gente que tu trabajando, y además, porque estás sujeto en todo momento a cualquier tipo de visita, por lo que puede resultar violento ver entrar a un inspector de Hacienda o al asesor de marras mientras suenan piezas como la explosión de la estrella de la muerte o la huida de Rambo del campamento de prisioneros.

Todo ello dio origen a que buscara trabajos melódicos, dramáticos o cómicos para pasar el rato, y de paso, ir descubriendo nuevos compositores que se me habían escapado al radar.

Uno de ellos fue Brian Tyler, de quien fui escuchando todo cuanto conseguía, fuera original, o bien por los promos que circulaban por la red, descubriendo poco a poco un compositor que me llamaba poderosamente la atención.

Last Call, una partitura jazzística y melancólica (a ratos bastante oscura), se convirtió en una de las partituras que más escuché aquel año, descubriendo, casi a la par, su Terror Tract, partitura que me cautivó (especialmente por su poderoso motivo central, muy al estilo de Tales From the Crypt de Danny Elfman), y un CD del que no puedo más que recomendar su adquisición.

Evidentemente, Terror Tract era escuchada en lo que yo llamaba los puntos muertos (es decir, cuando sabía que no habría nadie en la oficina), o bien al llegar a mi casa, donde el abanico de posibilidades musicales se incrementaba.

La tercera partitura en discordia, quizás la que más he escuchado de este compositor junto con las dos anteriores, fue The Hunted, un potente y salvaje score, en sintonía con las imágenes a las que acompañaba la película.

No tardé mucho en adquirir el score (defecto profesional de coleccionista), ni muchos otros que poco a poco fueron saliendo al mercado del compositor, pero en mi corazoncito musical, siempre reinarán, especialmente, The Hunted y Terror Tract, los trabajos que pusieron a Brian Tyler en mi calendario de compositores.

¿Qué te vas a Encontrar?

Un score violento y agresivo, donde el compositor da una lección magistral del uso de la percusión, tanto orquestal como electrónica (uno de los pilares en su carrera, su marca de agua), y que se convertirá en salto y seña de trabajos como The Fast and the Furious: Tokyo Drift (2006), Eagle Eye (2008), Rambo (2008) o Dragonball (2009).

El compositor trabaja el score sobre los ritmos, combinando pasajes de acción realmente violentos, puro reflejo de las escenas que vemos en pantalla, con pasajes más oscuros y tensos, para los flashbacks del personaje de Benicio del Toro.

Hay muy pocos momentos para la melodía, pero aún así Tyler nos brinda un bello tema en el corte Winter Shift, probablemente el único respiro en un trabajo que combina tensión y adrenalina a partes iguales, y donde el compositor se luce recordando a compositores como James Newton Howard o el Maestro Jerry Goldsmith.

La Presa – Corre que te Pillo

Siempre que miro atrás y pienso en mi infancia, recuerdo ciertos directores como Sidney Lumet, Peter Hyams o William Friedkin, rememorando películas como Una Tarde Perros, Capricornio Uno o The French Connection (Contra el Imperio de la Droga), respectivamente.

En el caso de Friedkin, un director venido a menos (como Peter Hyams), siempre encuentro algún asidero al que agarrarme para disfrutar de su cine, algo que cada vez es más improbable, como las olvidables (pero disfrutables) Jade y Reglas de Compromiso.

The Hunted es un thriller que contiene elementos muy interesantes, y que está rodado con mucho nervio, con ese toque tan característico del director para la acción (como en Vivir y Morir en L.A. o The French Connection), pero que en la media hora final ofrece su peor cara, justo cuando entran en juego las persecuciones y la lucha final.

La trama: un soldado de las fuerzas especiales de los EE.UU., Hallam (un buen Benicio del Toro) acaba perdiendo la chaveta tras intervenir en la guerra de Yugoslavia, y acabará cometiendo atroces crímenes contra los cazadores que moran por los bosques.

Su instructor militar, Bonham (Tommy Lee Jones al acecho, estilo El Fugitivo o U.S. Marshals), accederá a las peticiones del FBI, y ayudará en el intento de captura de su despiadado alumno.

La primera hora de la película es correcta, pero la media hora final acaba es de traca, perdiendo la coherencia y la lógica que se presuponía, como el momento en el que confeccionan sus armas para enfrentarse en el bosque en plan Cromañón, con Hallam fabricándose un machete en plan herrero en pleno bosque, y el otro un cuchillo de piedra, en lugar de ir a capturarlo con el FBI . En fin… ni McGyver o El equipo A.

Una hora y media de quiero y no puedo (entretenida al menos es), donde los dos actores principales tuvieron que prepararse físicamente para sus roles (Benicio del Toro vio como se le rompía la muñeca en la pela final), con secundarios como la bella Connie Nielsen (Gladiator) como agente del FBI, el televisivo John Finn (famoso por las series Caso Abierto o Flashforward) como agente de policía, o al famoso Jacob de LOST (el actor Mark Pellegrino), como agente de las fuerzas especiales.

Brian Tyler: Al año del Despegue, 2003

Bajo radar hasta el 2001, encuentra el reconocimiento en el éxito crítico de Frailty (Escalofrío), una película de terror dirigida por el actor Bill Paxton, que puso al compositor en el mapa, cuando ya sumaba efectivos realmente brillantes, como la televisiva Terror Tract (2000), el drama Panic (2000) o la rareza post apocalíptica Six String Samurai (1998).

El 2003 supuso la confirmación definitiva de uno de los mejores valores de la nueva década, con un buen puñado de trabajos donde su firma (la pasión por la percusión) comienza a ser patente, consolidando una carrera que le ha ido convirtiendo en un valor en alza, a la espera (eso sí) de una superproducción que le dé una oportunidad para desencasillarse del cine de acción y terror, y poder demostrar que es válido para todo tipo de proyectos.

Tras la magistral partitura de Bubba Ho-Tep (2002), magnífica película de terror y comedia con el siempre genial Bruce Campbell, el compositor vería lanzada su carrera por su participación en Children of Dune, adaptación del segundo volumen de Frank Herbert de la saga Dune, donde compone uno de sus mejores motivos centrales, realmente memorable, con alguna reminiscencia mediaventures (Gladiator).

Ese mismo año pone música a una serie de películas que afianzan su nombre, provocando que el aficionado comience a fijarse seriamente en su carrera, componiendo para una película de terror llamada Darkness Falls, donde lo único que brilla es el score compuesto (con un excelente motivo central para el monstruo), o la historia épico-fantástica llamada Timeline, adaptación de una novela de Michael Crichton (donde reemplaza al genial Jerry Goldsmith, una decisión polémica), sin olvidarnos del trabajo que nos ocupa en esta reseña, The Hunted.

Y por si fuera poco, tiene la fortuna de componer para la serie Star Trek Enterprise, poniéndole música a dos capítulos, Canamar y Regeneration, con espectaculares resultados, y que satisfacían la vena Trekkie del compositor, amante de la franquicia desde pequeño.

Desde el 2003 la cotización del compositor continua subiendo al alza, alternando productos comerciales como la excelente Eagle Eye, Constantine, Alien Vs Predator: Requiem o la actual The Expendables, con productos más experimentales como The Killing Room, The Lazarus Project o su segunda colaboración con Friedkin en el thriller Bug,sin olvidarnos de su genial aportación dramática para Partition, la que puede ser su partitura más redonda.

Y que siga…

The Hunted – Un score lleno de ritmos agresivos y salvajes

Lo primero que llama la atención del score editado es que el track list está completamente descolocado. Por ejemplo, el corte final, Winter Shift, aparece en el tercer lugar, mientras que lo primero que oímos nada más comenzar la película, A Vision of War, es el corte número quince, prácticamente al final.

No es algo puntual, sino más bien habitual en las ediciones de varios trabajos suyos (The Fast and The Furious: Tokyo Drift, Partition, War), donde se comienza por el tema central. En nuestro caso, la edición comienza con dos cortes que aparecen a la hora de película, y que pertenecen a la persecución principal que tiene lugar por la ciudad.

Asymmetric Rythms y Disordered Patterns son dos cortes de acción realmente espectaculares (perfecto reclamo de lo que encontraremos), donde Tyler saca a relucir su poderío en la percusión (orquestal y electrónica), con los violines marcando ritmos frenéticos y los vientos reforzando de forma poderosa y potente, principalmente a través de los trombones, trompetas y las trombas (Horns). Escuchar tema →

En el corte dos introduce un piano a la Goldsmith, con los vientos y las cuerdas echando humo, construyendo un corte sobre un ritmo constante (ostinato) que va in crescendo, hasta alcanzar un poderoso clímax musical. Escuchar tema →

Las escenas, donde Bonham sigue las pistas que va dejando Hallam (huellas, olores, movimientos..), se benefician de ésta estructura musical, reflejando la extraña y caótica persecución de Hallam (con buen pulso a través del oficio de Friedkin).

Personalmente, me encanta la forma en la que Tyler experimenta en estos dos primeros cortes. El ritmo es fácilmente escuchable, pero se percibe complejidad en la elaboración, no limitándose a entregar material de acción al uso.

Tyler crea una música vibrante que encaja perfectamente con la acción

Los cortes de acción son sensacionales, como el Emergence, con un toque a lo James Newton Howard, donde Tyler ofrece un corte vibrante y muy rítmico para el momento en el que profesor y alumno se preparan para la lucha final, o el Coda Con Furiosa, la lucha final, un corte agresivo y violento, con un salvaje clímax (tanto musical como visual), donde el compositor golpea al espectador/oyente con punteos distorsionados de guitarra eléctrica, reflejando perfectamente la crudeza y violencia del desenlace de la pelea (con chorros de sangre a raudales, algo habitual en la carrera del director, como en Rampage o La Tutora).
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Tracking Hallam es otro espléndido ejemplo de acción, para el momento donde el FBI busca a Hallam por las orillas del río, donde Tyler abre el corte con una excelente percusión, punteos de guitarras y sonidos de campanas, una apertura que da paso a un vibrante ritmo que desemboca en una fase más pausada para el momento en que Bonham decide, guiado por su instinto, ir directamente a la desembocadura del río a enfrentarse él solito a Hallam.

Además de los cortes de acción, Tyler construye un buen bloque de cortes ambientales e insanos a ratos iguales, puro reflejo del estado mental de Hallam y de las situaciones de tensión que se van generando, como el corte A Vision of War, perfecto corte que refleja el caos y la muerte en el prólogo de la película, o el corte Over the Falls, para el momento en que Bonham cae en una trampa de Hallam, quedando suspendido sobre el violento caudal de un río donde rompen unas cataratas, con algún estallido musical realmente violento.

El único respiro lo encontramos en el corte Winter Shift, fantástico coda musical una vez finalizada la lucha final, donde el compositor abandona la violencia y cualquier signo de tensión, mostrando una bella melodía donde los violines, el piano y las trombas construyen un motivo que acompaña magistralmente a las escenas finales del paisaje nevado, con un maravilloso solo de trompeta que hace acto de presencia durante el corte (fiel reflejo de la soledad y tranquilidad que reinará, de nuevo, en la vida de Bonham). Escuchar tema →

Éste motivo hace una breve aparición en el corte Emergence, el prólogo a la batalla final, cuando han transcurrido cuarenta segundos, breve anticipo del coda final que será recogido en Winter Shift, quizás una forma de anticipar el descanso del guerrero (la necesidad de acabar con toda esa violencia injustificada de una vez).

Otro respiro es el breve corte A Transitory Sonnet, para el momento en el que Hallam habla con la hija de su pareja, un corte muy contenido y delicado, donde la melodía hace amagos de aparecer, pero Tyler la retiene, mostrando retazos de un bello tema que no acaba de despegar ni expandirse, síntoma de que algo no funciona bien dentro de Hallam cuando lo vemos en pantalla, ni siquiera en compañía de una niña. Escuchar tema →

Finalmente, llama la atención que bastante material editado en el CD no aparezca en la película, quizás producto de recortes en el montaje final, o decisiones de post producción sobre el uso del score.

Curiosidad

El CD editado incluye la canción The Man Comes Around, del genial y legendario cantante norteamericano Johnny Cash (famoso por su Folsom Prison Blues o Ring of Fire), canción que fue utilizada como cierre de la primera temporada de The Sarah Connor Chronicles, para la escena del tiroteo del motel, donde un Terminator se cepilla a un gran número de policías y agentes del FBI (una escena donde solo se oye la canción).

La canción aparece a modo de end credits, después del corte Winter Shift, y supuso la última aparición de Johnny Cash en el cine, cuya voz fue utilizada para narrar en off el comienzo y final de la misma, un extracto de la Biblia que se corresponde con el momento en el que Dios le pide a Abraham que mate a su hijo (metáfora de los roles de Bonham-padre-tutor y Hallam-hijo-alumno).

Las letras de la canción, bastante bíblicas y apocalípticas, hablan de un hombre que vendrá alrededor, de un hombre que acecha (la muerte) y que están tomando nota de nombres, decidiendo quienes son inocentes y quienes son culpables (otra metáfora en clara alusión a la locura de Hallam y su destino final).

Conclusiones Finales

Es un trabajo que contiene muchos elementos musicales que ayudan a que crezca con cada escucha adicional, encontrando siempre detalles muy interesantes en sucesivas audiciones.

La percusión, firma del autor, es endiablada, y los cortes de acción aúnan ritmos llenos de adrenalina, violencia y agresividad, un potente cocktail realmente vibrante, y que fácilmente contiene algunos de los mejores cortes de acción de esta última década.

No puedo más que recomendar este trabajo de Brian Tyler, para mi uno de sus mejores obras, y donde el compositor no se limita a tirar del manual, sino que aporta su granito de arena.