The Hunger Games

La película

“Los juegos del hambre” es una nueva novela de la reciente moda de publicaciones literarias en masa y en serie para el público juvenil, que en su inevitable traslación al cine ha contado con Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Woody Harrelson, entre otros, como actores principales, y a Gary Ross tras las cámaras.

Sobre la premisa de un mundo postapocalíptico, en el que escasean los recursos naturales, al menos para las clases más amplias y desfavorecidas, y en los que se celebra la fiesta televisada sin escrúpulos que da título a la historia, la joven Katniss, que interpreta Lawrence, trata de sobrevivir a 23 rivales, y a los caprichos de la audiencia, si quiere regresar a casa. Solo uno de los participantes puede quedar con vida.

El score

Para dar contenido musical a la vez que visual a esta futurista nueva vuelta de tuerca del destino que nos espera, Gary Ross, director de Pleasentville y Seabiscuit, cuenta con James Newton Howard como compositor, en lugar de su habitual Randy Newman, y tras abandonar el proyecto por problemas de agenda Danny Elfman.

Howard, ya desde hace más de una década en la cresta de la ola, da un giro de 180 grados a la música fantástica a la que nos tiene acostumbrados, y plasma con sutileza los fríos ambientes en los que se desarrolla la historia, centrándose más en otorgar color a la partitura, que en darle riqueza temática.

Sutil o sosegada son dos características que definen el score de The Hunger Games. A pesar de que encontramos varios motivos temáticos a lo largo de la banda sonora, es la cualidad semántica de la instrumentación elegida la que imprime más carácter a la música. Las cuerdas son las principales protagonistas, y no los metales que suelen abundar en los scores del compositor. Y se trata de un amplio registro de cuerdas, desde los más comunes violines o cellos, hasta la guitarra o el dulcimer y el címbalo.

Los temas

Estos dos últimos son la elección de Howard para describir el Distrito 12, hogar de la protagonista, y que podemos escuchar desde el principio en el corte The Hunger Games, y posteriormente cuando los protagonistas comienzan a albergar alguna esperanza de regresar a casa, en We could go home. Con unas suaves notas, el compositor consigue en éste último ejemplo uno de los más viejos efectos de la música de cine, al emplazar al espectador a un lugar que no aparece en pantalla.

Los violines, mediante la repetición de un motivo de tres notas, forman un segundo motivo para reforzar el espíritu libre, cazador, de Katniss, como podemos escuchar en Katniss Afoot, que en la película es reemplazado por una voz solista, y Entering the capitol o Searching for Peeta. Es un tema que encaja a la perfección en lo que podemos llamar el sonido Howard, poderoso pero con estilo. Con una profunda raíz folk, incorporando todo tipo de instrumentación, vamos a decir, “rural”, con flauta, o percusión.

Los violines siguen siendo el mejor acomodo de la emoción, y un tercer motivo mucho más romántico, también asociado a la protagonista, su “partenaire” masculino, y la idea de ser capaces de triunfar en los Juegos del hambre, hace su aparición durante la llegada de los personajes a la ciudad, en The train. Este tema cobrará importancia al final de la película, como parte de su resolución, de una forma mucho más emotiva, en un estilo similar al empleado por Howard con su tema romántico de Water for Elephants (Como Agua para Elefantes, 2011, del director Francis Lawrence). Ambos resultan mucho más emotivos con un grupo más numeroso de cuerda, y algún toque del metal.

Esa loca idea de que Katniss pueda salir con vida de los Juegos aparece por todo lo alto en Rue´s Farewell, donde el crescendo de las cuerdas lleva a este tema a una rendición sublime, que luego será repetida en Tenuous winners/ Returning Home, en un cierre brillante, y muy hermoso, para la partitura.

Uno de los temas principales de la banda sonora es el presentado en Horn of Plenty, y que en la edición en disco no aparece de nuevo, pero que en la película sí lo hace en varias escenas en las que se presentan los Juegos. Es una intensa fanfarria, con metales y coros, y que curiosamente no es obra de James Newton Howard, sino de Win Butler y Régine Chassagne, siendo escrita en una fase más primitiva de la producción de la película. Howard, que llegó a la misma bastante más tarde, no solo tuvo que lidiar con esta pieza, que adapta, o prepara en cierto modo, en Preparing the chariots, sino que también tuvo que hacerlo con la predilección del director por el uso del silencio en no pocas ocasiones, o cambios de última hora en el tipo de música, como sucede con esa escena de caza del principio de la película (Katniss Afoot), o la intensa cuenta atrás del comienzo de los Juegos (The Countdown), sustituidas por silencios, voces solistas y recursos electrónicos.

La eliminación de la música compuesta por Howard para The Countdown es especialmente triste, ya que se trata de, probablemente, la escena principal de la película, y el score compuesto para la misma está lleno de intensidad. Es evidente que el director no tuvo nunca muy claro que quería de la música, y desde luego no se dejó asesorar por el verdadero experto, el compositor de música de cine. Como resultado, la escena pierde en pantalla. Y no es un caso aislado.

Un quinto motivo temático es el empleado por Howard en Healing Katniss, asociado a la sanación de la protagonista, y a uno de los pocos momentos de calma que encuentra durante la guerra del hambre en la que se ve inmersa. El motivo nos devuelve el sonido folk del inicio de la partitura, y nos regala la primera aparición de la guitarra, que ofrece un color completamente distinto al hasta ese momento conocido. Se trata de una bonita melodía que arropa a la chica casi tanto como las medicinas que recibe, y expande aún más la variada paleta de colores que Howard ha empleado en el score. El compositor es coherente durante todo el metraje, y no cesa en asociar distintos tipos de cuerda a cada sentimiento de la protagonista. Howard es el enlace entre Katniss y el espectador.

La guitarra será un rincón musical mucho más socorrido en adelante, y es lo que da paz a uno de los personajes fallecidos en los Juegos (Rue´s Farewell), o sirve también para sanar a Peeta, el compañero de Katniss (The Cave). En todos los casos, la escritura de Howard para la guitarra es delicada, elevando el nivel lírico del score.

Solo al final de la cinta y del score nos encontramos con música de acción, para el desenlace de la historia, en Muttations. Howard hace uso en un inicio de los sintetizadores para establecer el tono de la oscura escena, que se desarrolla durante una noche artificial, y después incorpora percusión, violines y metales para conducir la acción. Es un breve interludio de intensa música, en el que de forma sorprendente aparece la guitarra eléctrica, de forma puntual, para ceder finalmente protagonismo a los metales, que confieren un carácter más épico al desenlace.

Es personal

El score de James Newton Howard para “The Hunger Games” ha pasado sin pena ni gloria por los círculos de aficionados a las bandas sonoras. Se trata de una apreciación injusta, debida seguramente a la errónea percepción inicial del público de que se trataba de una cinta de aventuras por todo lo alto, cuando se trata de una historia de pequeños personajes, eso sí, metidos en grandes entuertos. Howard elige ser la voz de los pequeños, y para ello despliega un amplio catálogo de colores basados en la instrumentación, que establecen de forma muy acertada y coherente la música de la película.

Una cinta que eso sí, ha tenido un importante éxito de taquilla, lo que asegura su continuación. En la próxima ocasión será Francis Lawrence (autor de I Am Legend y Water for Elephants) quién esté tras las cámaras, y con su compositor ya habitual, James Newton Howard, detrás de los pentagramas. El disfrute musical estará asegurado.