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Primer Contacto: “The Rum Diary” de Christopher Young

Escrito por , el 15 diciembre 2011 | Publicado en Apuntes

Ojo, Ojito, Ojazo… menudo lujo de partitura nos ha regalado el amigo Christopher Young. Casi Ná. Y para una comedia romántica con algún tinte dramático cuyo principal aliciente podría haber sido, simplemente, el de ver al gran Johnny Deep como protagonista.

Pero no ha sido así; ha llegado el amigo Christopher Young para hacernos uno de los mejores regalos musicales del año, casi cerrando el 2011, un milagro que Lakeshore Records ha hecho posible, y que ahora podremos disfrutar los acérrimos seguidores del compositor, además de los amantes de la buena música de cine, porque The Rum Diary es eso, MÚSICA DE CINE, en mayúsculas con todas las letras de la palabra.

The Rum Diary – Breve Sipnosis

Dirigia por Bruce Robinson, quien solo tiene cuatro películas en su haber (entre la que destaca Jennifer 8, donde Christopher Young se matriculó como compositor para el thriller), la película está ambientada en los años 50, y cuenta la historia de un periodista (pelín alcohólico) llamado Paul Kemp (Johnny Deep) quien, harto de vivir a un ritmo desenfrenado en New York, decide comenzar una nueva etapa en un periódico local de San Juan (Puerto Rico), donde conocerá al editor Lotterman (Richard Jenkins).

Allí se enamorará de la atractiva Chenault (Amber Heard), quien a su vez es novia de Sanderson (Aaron Eckhart), un hombre de negocios cuya misión es convertir San Juan en un paraíso capitalista (justo lo opuesto que busca Paul) al servicio de los ricos.

Sanderson tratará de reclutar a Kemp, quien deberá decidir entre hablar favorablemente de los negocios corruptos de Sanderson, o utilizar el poder de su pluma y desenmascararle, acabando con su plan de enriquecimiento ilícito.

La película se basa en las experiencias personales del guionista Hunter S. Thompson (autor de la amada y odiada Fear and Loathing in Las Vegas), y entre su reparto encontramos al actor Giovanni Ribisi (el mismo de Avatar o Sky Captain and the World of Tomorrow) y Marshall Bell (el mismo de Total Recall o Starship Troopers).

Habrá que esperar a ver la película para poder juzgarla, pero tanto el reparto como el argumento pintan francamente bien, y ya no hablemos de Chris Young.

Statement of Intentions – By Christopher Young

Lo de éste hombre es de escándalo; tan pronto se marca un espectacular score de acción y terror tan marca de la casa como Priest (El Sicario de Dios), de lo mejor del año, como se embarca en esta comedia romántica sin despeinarse, dando rienda suelta a un torrente musical de ritmos incontrolables.

¿Qué es The Rum Diary?. Pues Chris Young en estado puro; ritmos jazzísticos, rock, música exótica con toques latinos, blues, un bello y delicado tema para la chica de turno y mucho, pero que mucho, humor y ritmo.

De ese tipo de música en la que no puedes dejar de seguirla chasqueando los dedos, marcando el ritmo con el golpeteo de los pies (siguiendo la batería), o canturreando la endiablada y maravillosa melodía que asalta una y otra vez tus oidos.

Es el Christopher Young de ritmos jazzísticos de The Telephone, Rounders o Shade o ritmos blues de Runaway Jury, el mismo que con su toque manciniesco y cómico hiciese esa joya llamada The Man Who Knew Too Little, el mismo de la divertida The Big Kahuna, el Young de ritmos marchosos y divertidos de Judas Kiss (todo un compendio de variedad temática) o el mismo de las maravillosas, creativas e y divertidas percusiones de Wonder Boys.

Es eso y más, porque no me cansaré de repetirlo; es uno de los máximos exponentes de calidad anual que nos queda, y la industria no le ha tratado como se merece, relegado a productos de todo tipo, algunos abocados al fracaso y otros al más triste olvido (como ese bodrio llamado Ghost Rider, cuyo único bote salvavidas es el trabajo del compositor).

El Score de Christopher Young

El primer corte, Rum Diary, tema central del score que aparecerá en más ocasiones, (como en el corte Rockin’ on Rooster [With My Dead Monkey’s Mother]), ya nos anticipa el tono del score; fresco, divertido, de tonos jazzísticos muy rítmico. Y ojo al dato, es así hasta el final del mismo, toda una declaración de intenciones del compositor, donde los acordes de una guitarra, con adorno de una maravillosa percusión, permiten al saxo liderar y desarrollar la melodía central, donde, COMO NO, entran los violines a reforzar la melodía (ese toque Young). Acto seguido, nos encontramos con una maravillosa fase donde la guitarra acústica se marca un magistral solo. Solo por un tema así, el CD ya merece el precio de la entrada.

Pero la gracia no acaba ahí, y Chris Young despliega su habitual oficio y buen hacer, entregándonos no poca cantidad de material musical realmente apabullante y lleno de rabisoa energía y frescura, como hacía mucho tiempo no se escuchaba en un score.

Teclados con ese sonido de ornagillo tan del compositor (estilo The Man Who Knew Too Little), con acompañamiento de voz rasgada canturreando la melodía en Suckfish and Snake, o la conjunción de armónica, saxo, teclados y guitarra eléctrica en el fantástico y rítmico corte Cock-of-the-Rock, sin olvidarnos de piezas rítmicas  de corte latino como en Pink Jelly Remains, donde las trompetas se marcan un ritmo sabrosón realmente maravilloso (casi como en un anucio de ron cacique, algo my apropiado para estos diarios del ron).

El saxo es un elemento fundamental en el score, captando la esencia jazzística del mismo (el propio Young afirmó que aprovechó este trabajo para plasmar ideas jazzisticas que tenía en mente de los últimos años), con joyas como Hefti-Tefti (nombre del corte que homenajea al compositor Neil Hefti, santo y seña de Chris Young en sus trabajos, con el maravilloso sonido del glonkenspiel), o el delicioso y delicado Neon Popsicles (casi a modo de source music, con momentos muy de Henry Mancini).

No podemos olvidarnos, por otro lado, del tono cálido y sensual que ofrece para el personaje de la chica, en el corte Chenault, donde piano y saxo parten y reparten la partida de cartas musical, la bellísima pieza Sweet Bee, donde piano y refuerzo de violines construyen una magnífica pieza de carácter romántico, o el maravilloso dueto de saxo y clarinete en Flagged Me Smiling, con un ritmo pausado (pero maravilloso), que te envuelve y azuza suavemente como una fresca brisa marítima.

Y como no, el Chris Young dinámico y rítmico, construyendo intensos y geniales cortes como en He Must Be a Sadic, donde se lucen teclados y armónica, en acompañamiento de bajo, batería, percusión y saxo, o el genial, Puerto Rico Piss-On, donde un solo de saxo lleva la melodía, con el bajo, teclados y susurros (casi gemidos) acompañando, algo habitual en la carrera del compositor (incluso en obras ajenas a la comedia, como The Vagrant o Jennifer 8).

Además, incluso nos ofrece un corte de jazz experimental, casi a modo de corte de acción, donde saxo, trompetas, bajo, piano y todo tipo de exóticas percusiones van construyendo un ritmo endiablado en completo crescendo musical para el tema The Biggest Crook in New Jersey (temas de corte experimental muy típicos en su carrera, y que demuestran la inquietud constante del autor, como en Runaway Jury, donde nos regala un excelente clímax final en el tenso y largo corte Fayeth in Fate No More).

Finalmente, toda la tensión acumulada desemboca en un fantástico ritmo rockero muy de los 50 en el genial Desperate Drunks and Postcard Loons, donde el saxo, trompetas (con sordina), bajo, guitarra eléctrica, batería y piano construyen este magistral corte, casi a modo de Big Band de la época (esas mismas donde destacaron compositores como Lalo Schifrin, Dave Grusin o Quincy Jones).

El disco editado de Lakeshore Records se acompaña de canciones variadas de la época, como el famoso Volare, aquí interpretado por el genial Dean Martin, o Johnny Deep interpretando a piano The Mermaid Song, sin olvidarnos de dos cortes de la JD Band que no desentonan para nada con el material de Christopher Young.

Final Decision: To Buy

Pues si, definitivamente si (yo la tengo marcada como futurible, y lo hago con pocas bandas sonoras actuales). Esto es uno de esos soplos de aire fresco de los que poco se ven hoy día, así que no es ni para pensárselo ni un maldito nanosegundo, sinceramente.

Es una compra fija y segura, y es que Christopher Young ha demostrado, año tras año, que es uno de los indiscutibles de la música de cine, pese a que no tenga más presencia en proyectos de mayor éxito o repercusión comercial, sin olvidarnos de aquellos que van orientados hacia la carrera final de los Oscar.

Pero… ¿y eso que más dará?. La historia la escriben los valientes, los que realmente tienen tesón y creen en si mismos aquellos que luchan por distinguirse y tener su propia firma, que brillan con luz propia, que son fieles a si mismos, y que no se venden al mejor postor (a esos productores que tanto daño están haciendo en la música de cine).

Quizás a Christopher Young le esté tocando sufrir más de lo necesario, pero a ver quien ha compuesto estos últimos años obras de la intensidad y brillantez de Hellbound, Haunted Summer, The Shipping News, Drag Me to Hell, Creation o Murder in the First, por citar un puñado de ellas.

Así, como diría cualquier jazzman que se precie, Oh Yeah, Baby. Este Tren Musical no lo puedes dejar pasar, porque es casi seguro que te arrepentirás, no te queda duda. Así que prepárate a gozar de una de las mejores experiencias musicales del 2011, y me quedo corto.