Primer contacto: “El Topo” de Alberto Iglesias

Escrito por , el 8 noviembre 2011 | Publicado en Apuntes

El buen hacer de Alberto Iglesias nos deja una pequeña joya musical en la película que mejores expectativas despierta de los últimos meses, dado el panorama actual del cine de habla inglesa. Tinker, Tailor, Soldier, Spy (2011) es un film de género basado en la novela homónima de John Le Carré de 1974 que supuso su consagración definitiva, y que en castellano se llamó El Topo. La novela ya tuvo una adaptación anterior a finales de los 70 por parte de la BBC. El protagonista es un personaje recurrente del escritor inglés, el agente Smiley, un espía británico que para quienes hemos leído a Le Carré puede que sea uno de los mejores personajes del género de suspense y espionaje.

La película llegará a las pantallas españolas en Diciembre, a pesar de haber sido estrenada en su país de origen ya en Septiembre, poco después de haber pasado por el Festival de Venecia, y como he dicho apunta muy buenas maneras. La música llega de la mano de Silva Screen y está disponible también en iTunes, aunque se puede escuchar ya online en su propia página: Escuchar BSO completa

A priori, y conociendo el trabajo de Alberto Iglesias en otra adaptación del mismo autor, El Jardinero Fiel (2005), y algunos otros títulos, podemos decir que al compositor español más internacional de los últimos tiempos se le da muy, pero que muy bien, el suspense. Por eso en principio no sorprende mucho el alto grado, o si se prefiere, excelente nivel musical que alcanza con esta partitura. Sin poder valorar la película aún, ni el ajuste de la música en la imagen, solo puedo resaltar el perfecto entendimiento que Iglesias tiene de lo que la música de este género tiene que ser.

Todo el mundo al mencionar “espionaje” puede pensar (seguramente, y en caso contrario sería casi un delito) en La Casa Rusia (1990) de nuestro adorado Jerry Goldsmith, adaptación también de uno de mis libros favoritos de Le Carré. Sin llegar a tanta osadía, pero estableciendo creo yo que oportunas comparaciones, podemos estar ante el equivalente a ese título en la carrera del español.

Banda sonora por tanto al más puro y clásico estilo que asociamos al género de espías. No existen muchos temas diferenciados que podamos reconocer a lo largo del disco, excepto uno muy claro (el del protagonista) o quizá dos. A cambio se puede disfrutar de principio a fin de un sonido que nos sumerge en las maquinaciones y recovecos del argumento. Un elemento casi constante es el piano, que a veces simplemente ambienta con una sola nota suelta o desubicada, pero a mi entender siempre de forma inteligente, y que va formando melodías que casi parecen una improvisación hecha sobre las imágenes, que algo concebido, escrito e interpretado a propósito.

Todo el disco está ambientado, o mejor, sirve de ambiente musical a la película, y conociendo otros trabajos de Alberto Iglesias, presupongo (sin haber visto el film) que sin hacerse notar más de lo necesario por encima de la trama, de esa forma tan inteligente que el donostiarra tiene de potenciar las escenas sin llamar la atención.

En los momentos (bastante frecuentes) en que algún ostinato nos hace saber que estamos ante una escena de gran suspense y tensión (puede que incluso acción), ni siquiera entonces la música emplea sonidos grandilocuentes en el primer plano, sino ese mismo sonido calmado y tranquilo, que parece que no tiene prisa por definirse a sí mismo, y que ya aparece en el tema de apertura. La presentación de George Smiley, que así es como se titula el tema, ya nos da todas las indicaciones que necesitamos para saber en qué va a consistir la banda sonora. Incluso avanza algunas melodías y sonidos característicos, como el melancólico tema principal, sin un claro desarrollo, al menos en longitud.

En casi toda la música, el nivel con que empiezan los temas da una idea de desarrollo de la escena de menos a más, conduciendo las emociones y administrando la tensión de forma sutil, desarrollando melodías y añadiendo capas de música, para también después suprimirlas y dejar al espectador en el lugar donde debe estar.

En definitiva, puede que sea el trabajo que más he disfrutado de Alberto Iglesias en mucho tiempo, una verdadera joya, como dije al inicio. Y me ha costado mucho esfuerzo no contar nada de la historia, que conozco a través de la novela original, ni hacer referencias que involucren los títulos de los temas, porque creo que quien no haya leído la historia merece tener la oportunidad de llegar “virgen” ante la pantalla de cine cuando la estrenen. En cuanto a Alberto Iglesias, ya he dicho que el nivel al que nos tiene acostumbrados hace que no nos sorprendamos demasiado cuando llega a nuestras manos un trabajo como este, pero deberíamos. Para alguien que no estaba interesado en componer para el cine, si es sorprendente la habilidad que tiene de entender lo que la música de cine debería ser.