Análisis
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El director Joseph Kosinski fue el encargado de recuperar la vieja leyenda del despertar electrónico Tron, en Tron Legacy (2010), no solo una película más que entretenida, sino una de las mejores películas para todos los públicos de la última década, donde los efectos especiales, las batallas, y los artificios, que abundan, nunca fueron más para el director que la melodía de la orquesta. Y sus personajes, como en los viejos tiempos.


Oblivion (2013)

Compositor: Anthony Gonzalez & Joseph Trapanese
Año: 2013
Lo mejor: Algún corte de acción con metales sobre la electrónica, caso de “Canyon Battle” o la intensidad de “Raven Rock”.
Lo peor: Carece, total, y absolutamente, del más mínimo ápice de originalidad, y resulta ridícula en la comparación con Tron Legacy.
NUESTRA NOTA

Tan atractiva resultó la película como su score, obra sorprendente del dúo electrónico francés Daft Punk, que con algunas nociones de música de cine de Bruce Broughton, alcanzó esa línea de equilibrio entre la música electrónica agresiva para empolvar el rostro moderno de la cinta, como la vieja paleta orquestal imprescindible para lograr un discurso narrativo con las imágenes.

Repitiendo Fórmula Musical

En su segunda película, Kosinski sigue explorando la línea de la mal llamada “ciencia – ficción para todos los públicos”, con todo de ficción y nada de ciencia. Oblivion es a la ciencia ficción lo que Piratas del Caribe a las películas de piratas: un primo lejano y político.

A la hora de encargar el score, Kosinski apuesta por el líder del grupo electrónico francés… no es Daft Punk, es M83, Anthony Gonzalez a más señas, y más interesante aún, el que fuera director y orquestador de Tron Legacy, Joseph Trapanese, cuyos créditos hasta aquella película eran bien escasos (destacando su papel de orquestador para Daniel Licht en la serie televisiva Dexter). Si componer para películas es lo máximo para un compositor, seguido de componer para la tele, y seguido a su vez de orquestar para otro que compone para el cine, orquestar para otro que compone para la tele es lo último de lo último. Como el aguador, o el recogepelotas. Pero dicen que a este tal Trapanese hay que deberle buena parte de la cohesión narrativa de aquella Tron Legacy, aunque para ello tuviera que vender su alma, es decir su creatividad, al diablo, es decir, a Remote Control y sus “zimeritos”.

Quítame este grupo tecno pop francés de aquí y ponme este otro. Eso es Oblivion con respecto a Tron Legacy. Y que nos queda: Joseph Trapanese. En este nuevo score, para una película mucho menos entretenida que la primera, menos redonda, y que tiene el problema de tratar de ser creíble, es decir, ser algo de ciencia entre tanta ficción, Trapanese y Gonzalez repiten la fórmula de la primera película de Kosinski, y ya de ahí parte el primer error.

En Tron Legacy el contexto espacio temporal era un sueño electrónico, un videojuego, y los teclados puros y duros eran por tanto su “instrumento étnico”, tanto como el erhu a una película ambientada en China, o la flauta de pan a una en Perú. En Oblivion, el sonido sintetizado es bien recibido, pero el teclado más puro ya se encuentra en un estado de tela de juicio, aunque no desentona, todo hay que decirlo.

Repitiendo el Esquema Moderno

Tampoco el balance entre música electrónica y orquestal ha quedado tan bien conseguido como en aquella inevitable referencia, siendo mucho más presente la parte sintética. Y otra diferencia: cuando no había sintentizador en Tron y había metales, percusión o cuerda, en Oblivion prácticamente nos quedamos solo con la última, la cuerda, como no, formando continuos ostinatos y frases repetidas, como se dice… en modo heroico. Ya se entiende: tipo el Batman de Zimmer, o su Inception.

Virtualmente, no hay nada que no se pueda hacer ahora mismo en el cine de palomitas de Hollywood que no suene a Batman, igual que hace una década no se podía hacer nada que no sonase a Piratas del Caribe, y hace veinte años a…., no, hace veinte años se podían hacer más cosas. Solo un repaso a Waking Up y este razonamiento se sostendrá solo. El mundo que describe Oblivion, en un futuro no muy lejano, con la tierra invadida por la radiación, y con la población humana supuestamente trasladada a una luna de Saturno, y el pobre Tom Cruise solo defendiendo las fuentes de energía que quedan en la Tierra, es el tapiz para ese estado musical de meditación heroica post Batman que nos ofrecen los compositores.

Casi la mitad de la película y del score de Oblivion en disco está inundado por esa sonoridad electrónica ascendente y heroica, hasta aburrir. Pero las cosas, menos mal, se ponen un poco más interesantes en adelante. El primer momento de acción, Canyon Battle, da un poco más de juego, con más narrativa, y un ritmo pulsante que consigue su clímax hacia el final, aunque sin dejar que el ruido permita escuchar los instrumentos. Al menos hay una dirección, y eso ya es un poquito más que algunas de las actuales partituras de acción de hoy en día.

Ostinatos, ostinatos y mas ostinatos de nuevo después. Esos metales exagerados que marcaban un ritmo cadencioso en Inception de Zimmer hacen su aparición en Oblivion en varios momentos, especialmente en Radiation Zone, donde hacia el final tenemos que dar gracias por la incursión de una batería de banda de rock para amenizar la ensalada. No es gran cosa, pero se deja oír en pantalla, y ofrece una nota de ¿color?.

Hay un rato para la reflexión y el romance, fruto de un breve motivo en piano, que aparece nada más comenzar la película, en Jack´s Dream, y posteriormente en I´m sending you away. Es un añadido que aunque relaja la tensión sonora de la banda sonora, no aporta nada en esencia, puesto que es “corriente y moliente”, sin personalidad musical alguna, pero aún peor, sin personalidad cinematográfica, puesto que no revelará ninguna identidad semántica cuando la pareja a la que acompaña falte en imágenes, o trate de hablar por ellos.

A destacar el relevo que del tema principal hacen los metales en Raven Rock, y que será una de las señas de identidad hacia el final “todavía más épico”. Ya no es solo cuerda y sintetizador, sino una leve melodía que con delicadeza al tiempo que grandeza dibujan las trompas y las cuerdas, en uno de los mejores cortes del score y de la cinta. La cuerda se convierte en protagonista absoluto hacia el final de seta pista, escuchándose muy por encima de la cama de sonidos electrónicos que la secunda.

El sonido híbrido vuelve en I´m sending you away, aunque sin renunciar a ese poso dramático, como aditivo a lo épico, que Trapanese y Gonzalez han dejado caer desde Raven Rock, y encontramos aquí momentos divertidos, como la inclusión de nuevo de la batería hacia el final, para elevar la expectación del público, de nuevo consiguiendo ser resaltado en pantalla, para mayor gloria de un compositor del Hollywood actual, que es como un domador sin látigo, desorientado, y con manchas de sangre, en una jaula de leones.

La resolución fílmica, así como del score, llega con Ashes of our fathers y Temple of our gods, que resumen esa cita que repite el protagonista Cruise una y otra vez durante el film. La cuerda sampleada y el sonido electrónico mantienen el pulso y ritmo de la acción, mientras poco a poco van introduciéndose los metales para dar fuerza narrativa al desenlace. El juego de trombón y trompeta en esta fase, especialmente en el primero de los cortes, confiere al score uno de sus momentos más interesantes, sin renunciar al sonido sintético, naturalmente, y no queriendo en ningún momento aparentar un estilo “viejo”, sino reconociendo la necesidad de su uso. Que nadie espere, eso sí, escuchar una flauta o un oboe, que por otra parte no son necesarios. Discutible será que en cien películas no se use ninguno de estos instrumentos y sea justificable en todos los casos.

En la segunda de las pistas, Temple of our Gods, el sonido atmosférico es el argumento principal, antes de la llegada de los coros sintetizados, que marcan un punto de inflexión en la narrativa musical.

Fearful Odds es un regreso de las líneas de cuerda épicas, con el añadido final del electro pop con batería que ya había tenido notable presencia anteriormente, en un movimiento que a estas alturas de película y disco, no resulta nada especial, al haberse alcanzado suficientes veces el “alto musical”.

En Undimmed by time, Unbound by death, escuchamos el redentivo corte que acompaña a este tipo de scores del cine actual, con el regreso del solitario piano para la relación romántico – estelar. Ni fu, ni fa. Y para escuchar una última rendición de ese tema principal de Oblivion que tantas veces ha salido sin que sepamos que se trataba de “el tema” (no  había ninguno más!!!) tenemos una última pista con la voz de Susanne Sundfor, que a modo de cierre, demuestra lo que temíamos: le va mejor el tema a una canción pop que a una película del espacio.

Conclusión Final

A años luz de Tron Legacy, a pesar de querer parecerse a ella, Oblivion naufraga en su intento por resultar moderna pero más allá, retomando el más viejo de los instrumentos modernos: el teclado. Es del montón, pero peor aún, del montón de hoy en día, solo algo superior a muchos de los frisbees que nos legan los secundarios de Hans Zimmer, por aquello de ser más atrevida en el uso de determinados instrumentos, como el piano o los metales, y también en la electrónica.

Eso la salva de la quema total, por algún pasaje de acción entretenido, justitamente (Canyon Battle), y por no estar mal tras ver la película para escuchar con unos cascos por la calle. De ahí no pasa.

Listado de Temas

01. Jack’s Dream (01:22)
02. Waking Up (04:09)
03. Tech 49 (05:58)
04. StarWaves (03:41)
05. Odyssey Rescue (04:08)
06. Earth 2077 (02:22)
07. Losing Control (03:56)
08. Canyon Battle (05:58)
09. Radiation Zone (04:11)
10. You Can’t Save Her (04:56)
11. Raven Rock (04:33)
12. I’m Sending You Away (05:38)
13. Ashes Of Our Fathers (03:30)
14. Temples Of Our Gods (03:14)
15. Fearful Odds (03:09)
16. Undimmed By Time, Unbound By Death (02:26)
17. Oblivion (05:58) [M83 featuring Susanne Sundfor]
Duración Total: 69:08 (Deluxe Edition 113:36)
Compositores: Anthony Gonzalez & Joseph Trapanese ilovem83.com | joecomposer.com
Sello: Back Lot Music (UVS28)
Formato: CD y Descarga Digital + Deluxe Edition [SAE / iTunes / iTunes]
Fecha de publicación: 9 de Abril 2013
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