Michael Kamen, Mi Héroe y Mi Amigo (Amin Matalqa)

Escrito por , el 22 diciembre 2013 | Publicado en Apuntes

Siempre es un placer, gracias a un tributo como éste, conocer a gente de todo tipo e intercambiar opiniones y vivencias. Cuando este especial Michael Kamen llegaba a su fin, me llegó una invitación para agregarme al facebook de Amin Matalqa, cuyo nombre me sonaba. De hecho, había participado en las votaciones del Top Ten de Kamen.

Tras felicitarnos por todo el trabajo realizado en este tributo comenzamos a hablar sobre la obra del compositor, y le propuse participar en el cierre del  homenaje a Kamen, contestándome con un rotundo sí.

Amin me envió este maravilloso texto en menos de un día. Es realmente emotivo y bonito, y proviene directamente de las entrañas de Amin, concretamente de su corazón. Es una carta abierta y sincera, realmente conmovedora, de alguien que conoció y quiso a Kamen, especialmente su humanidad.

No quiero perder más tiempo en esta breve presentación, pero quiero agradecer de todo corazón a Amin Matalqa por haberse cruzado en nuestro camino y regalarnos este broche final dedicado a uno de los más grandes, Michael Kamen.

Gracias Amin.

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Breve Biografía sobre Amin Matalqa

Poco después de graduarse en el Instituto de Cine Americano, el primer largometraje de Amin Matalqa, Captain Abu Raed, ganó el Premio del Público del Festival Mundial de Cine de Sundance en 2008, ganando, además, 27 grandes premios en festivales internacionales y convirtiéndose en la primera entrada de Jordania en los premios de la Academia a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Amin también fue elegido por la revista Variety como Oriente Medio Cineasta del año.

Su segunda película, una inspiradora comedia dramática ambientada en el fútbol, The United , fue la primera incursión de Disney en el Medio Oriente y la primera vez que un importante estudio de Hollywood producía una película para el mundo árabe.

Más recientemente, Amin completó la postproducción de Strangely in Love, una adaptación de la novela clásica White Nights, una comedia de Fyodor Dostoevsky, ambientada en la actual Los Ángeles.

Amin nació en Jordania pero emigró a los EE.UU. en 1989, y creció en Columbus, Ohio, en una familia de pilotos. En 2003 abandonó una carrera exitosa de telecomunicaciones para perseguir su sueño de la infancia del cine en Los Angeles. Él continúa viviendo en Los Ángeles con su esposa Claire y su perro Oboe. Además de cine y caninos peludos, él comparte una gran pasión por la música de películas, la historia de WWII y la literatura del siglo 19

Website de Amin Matalqa.

Tributo a Michael Kamen: Editorial de Cierre (por Amin Matalqa)

1991. Yo era un adolescente inmigrante jordano que vivía en los suburbios de Columbus, Ohio. Crecí amando el cine, pero nada me había preparado para lo que estaba por venir. Me senté en el cine a ver una película que había estado esperando desde que había visto su trailer por primera vez hace meses. Robin Hood, príncipe de los ladrones. Las luces se apagaron, y comenzó la obertura. El cello repetía el ostinato de apertura, luego se unían las trompas, alzándose, y luego las trompetas y la orquesta completa se unían a todo volumen. Mi vida iba a cambiar para siempre. Me aprendí de memoria la banda sonora de cabo a rabo, y la música de cine se convirtió en mi adicción (todavía lo es hoy en día). Ese día, mucho antes de Internet, descubrí la música de Michael Kamen, yendo a la caza y captura de todos los discos que pude encontrar a través de las tiendas de música. Devoré su música. Resplandor en la oscuridad, su Concierto para Saxofón, El Gran Halcón o Arma Letal. Había algo en su sonido único y sus melodías, un rasgo conmovedor, que me afectaó a un nivel tan profundo como ningún otro lo había hecho. Michael Kamen era un dios, no un ser humano.

Entonces, un día a finales de 1995, le escribí una carta como fan y se la envié a su agencia, Gorfain/Schwartz. Expresé cuánto me gustaba su música, aunque pensé que probablemente nunca le llegaría. Era un hombre ocupado grabando álbumes con Eric Clapton, Bob Dylan, Pink Floyd, Pavarotti y componiendo para películas para los grandes estudios de Hollywood. Pero al menos yo escribí la carta y la puse en el universo.

Hagamos una parada hasta el 19 de marzo de 1996, meses más tarde. Mi teléfono de casa suena y una señora dice «Hola, es Amin? Alguien quiere hablar con usted«. Fue una llamada extraña. Antes, en una época en la que el teléfono de casa era bombardeado con llamadas de telemarketing. Entonces oigo su voz y en un instante lo reconozco. Es él. Y va y me dice: «Hola Amin? Soy Michael Kamen«. Ahora, sólo tratad de imaginar la locura absurda de ese momento. Yo era un don nadie. Un friki universitario de 19 años de edad, que iba a la escuela de negocios, que estaba obsesionado por Michael Kamen, y que lo idolatraba, pero nunca en mis sueños más salvajes me hubiera imaginado que iba a encontrar mi número y me llamaría a casa. Una vez más, mi vida iba a cambiar para siempre.

Michael me invitó a Londres para la grabación de la final de los Juegos Olímpicos, y me me recibió con un cálido abrazo, como un tío a quien no había visto en años. Irradiaba encanto y humor, siempre bromeando. Su amor por la vida y por la gente era contagioso, y lo único que podía pensar era «un día quiero ser como Mike». Nos hicimos amigos a través de los años, y le visité en varias ocasiones y hablaba con él por teléfono de vez en cuando. Él te hacía sentir como si fueras la única persona que importaba. Luego me enteré de que era así con todos. Michael me hizo ver las posibilidades infinitas que había en mi vida. Él me enseñó que los sueños se hacen realidad.

Así que en 2003, finalmente me decidí a dejar mi carrera de negocios detrás, y me lancé a perseguir mi sueño de la infancia de hacer películas. Me mudé a Los Angeles, y Michael me dio todo su apoyo. Incluso se ofreció a alojarme con uno de sus primos. Tuvimos una larga y maravillosa conversación apenas dos meses antes de su fallecimiento. Michael estaba escribiendo una oda a la paz, que él quería que fuera representada por niños Palestinos e Israelíes juntos. Yo le estaba ayudando a encontrar algunos poemas árabes para ello, y fue entonces cuando nos dieron la noticia. Estaba devastado cuando Michael falleció. Demasiado pronto, demasiado pronto. No tenía ningún sentido.

Diez años más tarde, él sigue todavía muy vivo para mí a través de su música. Dediqué mi primera película, Capitán Abu Raed, a mis tres héroes: Michael Kamen, Basil Poledouris, y mi abuelo. En mi película más reciente, Strangely In Love, mi compositor Austin Wintory rinde homenaje al maestro con un guiño en un momento determinado, usando el motivo de cinco notas que era la firma de Michael y que él utilizó en muchas de sus partituras. Y en nuestra boda, mi esposa y yo tuvimos nuestro primer baile con la interpretación de Michael de «Beside You» de Más Allá de los Sueños (que él mismo había grabado con su propia voz como una demo).

Un momento final que me gustaría compartir. En el año 2002, me enamoré de dos perros gigantes y los llamé para Cello y Oboe. Se mudaron conmigo desde Ohio a Los Ángeles, y han estado a mi lado durante todo este tiempo. Este mes de octubre, había llegado la hora de Cello, y estaba en sus últimos momentos. Mi esposa y yo nos sentamos a su lado en el suelo después de muchas horas de llanto. Al final, mi esposa cogió mi iPhone, y comenzó a poner música para ayudar a hacer frente a este momento, y al azar sonó Profesor Holland de Michael, el tema «La Melodía del Cole». Si pudiera describir este momento con palabras… diría que sentía como si Michael me estuviera diciendo «está bien, puedes dejarlo ir ya, Cello siempre estará con vosotros, como yo». Y sentí un alivio increíble. Su música se dirigió a mí en el momento más difícil de mi vida. Michael nunca se fue.

Gracias Michael Kamen por ser mi héroe y mi amigo, hasta el día de hoy y de siempre.