Análisis
Portada » Análisis » It Comes at Night
Género
Post-apocalipsis, Psicológico, Terror, Thriller
Lo mejor
El ajuste con las imágenes y el dotar de cierto sentido y estructura a la narración musical, destacando el Sarah's Understanding
Lo peor
Es una partitura dura y seca, sin concesión ninguna

It Comes at Night

2017

Un viaje al terreno del thriller psicológico de corte independiente (disfrazado de terror realista y duro) es lo que nos propone It Comes at Night (Llega de Noche, 2017), una modesta película que corta la tensión con un cuchillo conforme va avanzando en su desarrollo, lento pero finalmente devastador.

No es nada que no hayamos visto antes (mejor o peor según con quien hables), ni tampoco la banda sonora (al servicio de las imágenes) pero conviene destacar el oficio de todo el producto general, una buena cinta de terror que, en mi opinión, te deja un poso dentro que crece y madura según transcurre el tiempo, mejorando como los buenos vinos.

It Comes at Night – La Película

Con el lema de “solo se puede confiar en la familia”, se construye una película muy tensa y asfixiante, donde la paranoia y la desconfianza se labra en cada palabra, en cada mirada, y donde la familia es el único parapeto al que aferrarse cuando corren malos tiempos.

Y cuando hablamos de una especie de pandemia apocalíptica que parece haber sesgado la vida humana sobre la faz de la tierra, podríamos encontrarnos con un perfecto ejemplo para asirnos con fuerza a ese lema.

El prólogo ya construye con fuerza el punto de cimentación de la historia; una familia expuesta al drama de manera brutal, donde un padre (Paul), su hijo (Travis) y su esposa (Sarah) se refugian a cal y canto en una casa de campo, tras haber perdido reciente a un miembro familiar, el abuelo Bud (demoledora la escena de padre e hijo con máscaras antigás llevándose al abuelo al bosque para quemar finalmente el cuerpo sin vida de éste).

Este trío protagonista, donde destaca Paul (un gran Joel Edgerton, para variar, que gran actor) constituirán la unidad familiar principal, que decidirá convivir con otra familia que encontrarán muy poco tiempo después.

Presentado el drama con puntos y señales, y a los actores principales, asistiremos a la disección y desintegración de ambas unidades familiares, las cuales conviven en una casa pared con parad, casi como una trinchera, donde solo es posible entrar por una habitación de la casa, la cual tiene una puerta roja, casi una metáfora del peligro, una señal de alarma (de hecho, esa puerta roja es la única salida al exterior,  solo puede ser abierta desde dentro y nunca desde fuera).

De esa convivencia nacerá el “no confies en nadie que no sea la familia”, algo en lo que Paul insiste a su hijo Travis; pero él es muy joven y muchos procesos internos se desarrollan dentro de él. La culpa (el abuelo), el temor (a estar infectado), el despertar sexual …

Y es entonces cuando cada palabra y cada mirada, y el incidente del perro de Travis (Stanley) desembocan en una catarsis de drama y violencia, nunca de forma explosiva, pero si demoledora.

El director y guionista de la película, Trey Edward Shults, comenzó el guión a finales de 2014, a raíz de la muerte de su padre, y cuenta que había estado 7 años sin verlo, reconciliándose con él en su lecho de muerte, donde se arrepintió de cómo habia decidido vivir su vida.

Todo este dolor inspiró el tenso drama familiar de It Comes at Night, donde Travis no hace más que rememorar una y otra vez la muerte y el dolor, especialmente el relacionado con su abuelo. Y donde Paul trata de hacer lo mejor para su hijo, tomar las mejores decisiones, pero incluso la situación que le rodea acaba haciendo mella en él.

Y como hiciera en su primera película, el drama Krisha (2015), el director y guionista volvió a contar con el compositor Brian McOmber, quien ofrece una partitura al servicio de las imágenes, siendo una pieza más del engranaje de la película.

Brian McOmber – El Compositor

Brian McOmber, más conocido en el mundo musical como el batería de la formación Dirty Projectors, no tuvo una formación musical propiamente dicha como reveló en una entrevista realizada en junio del 2017 en Nightmarish Conjurings.

Desde los 10 años, ya tempranito, le dio fuerte a la batería, formando una banda de rock con otros chicos en su vecindario donde creció, y aquello, tras el paso de varios años, le hizo introducirse en el mundo underground de la improvisación musical en terrenos del metal, punk y hardcore a lo largo de toda Nueva Inglaterra.

Se unió a Dirty Projectors en el 2006 y durante muchos años estuvo de gira con el grupo. Además, pudo expandir su experiencia musical colaborando con otros músicos fuera de la formación como Björk, St. Vicent o David Byrne.

Su etapa final en Dirty Projectors coincide con sus primeros coqueteos con la música de cine, donde Brian McOmber comienza a componer bandas sonoras para películas de amigos suyos (su primera película va directa a Sundance, y la segunda a Cannes).

It Comes at Night supone la tercera colaboración con el director Trey Edward Shults, para quien compuso el corto y la posterior película de Krisha.

It Comes at Night – The Score

En éste nuevo proyecto, aunque compositor y director tuvieron conversaciones sobre que clase de instrumentación musical se utilizaría y el rol que la música debía desempeñar en determinadas escenas, Trey permitió a Brian la libertad de seguir sus instintos y experimentar.

Para ésta partitura requirió la presencia de dos músicos cercanos a él, el guitarrista Kyp Malone y un especialista en tonos y texturas sintetizadas, Angel Deradoorian, ambos viejos conocidos de la época de Dirty Projects.

Las texturas musicales de ésta partitura son ásperas y cargadas de tensión, casi asfixiantes en muchos momentos, donde las referencias a músicos como Penderecki son inevitables, con música incómoda e incluso chirriante por momentos. Esa música acompaña a los momentos de conflicto o tensión (el clímax final es un perfecto ejemplo) o los más dramáticos, siendo uno de los pilares de la partitura.

Aunque la partitura es ambiental y efectista por momentos, parece sustentarse sobre dos temas; uno principal, vinculado con el drama que vive la familia principal, donde las cuerdas y los sintetizadores construyen un tema central cargado de texturas cortantes por momentos y dramáticas, cargadas de pesar y desasosiego, como podemos escuchar en It Comes at Night, tema que recupera en el tramo final en Travis’ Acceptance.

A este primer tema, Brian presenta un segundo tema para Travis (Travis’ ‘Theme), misterioso y ambiental, casi siempre presente en las disgresiones o sueños (pesadillas si acaso) del adolescente. Es un tema construido con sintetizadores pad y que añaden una especie de neblina musical al personaje y su microuniverso. Parecen indicarnos que algo no marcha bien, una especie de señal de alarma relacionada con Travis. Su primera aparición tiene lugar en la parte final del primer corte, It Comes at Night, donde McOmber lo vincula con el tema de la familia, quizás como un elemento que no está en sintonía del todo o algo descohesionado con la unidad familiar, hecho probablemente con toda la intención.

En He’s Sick, Then I Am too nos encontramos con ambos motivos; en el comienzo, de forma dramática, el tema central, y en el tramo final, el tema de Travis. Es un corte donde se va gestando el clímax final, y donde Brian va conjugando y ligando ambos temas.

En cuanto a esas pesadillas que atormentan a Travis, siempre suelen finalizar con pequeños clímax musicales incómodos y desquiciantes, prolongando la agonía visual del personaje.

Pese a que no es una película de acción, Brian ofrece dos cortes percusivos y de carácter electrónico; el primero es The Road, donde Paul y el otro «padre» de la nueva familia tienen un incidente durante su viaje en furgoneta, siendo asaltados por unos desconocidos. El corte, funcional y efectivo, se ciñe bien a las imágenes, donde las percusiones electrónicas van in crescendo conforme a la lucha que vemos en pantalla. El segundo sería Planning and Preparation, otro corte electrónico que sirve de preámbulo al clímax final, en una línea similar aunque menos intensa.

Hay cortes destacados, como The Triumph of Death (nombre del cuadro que vemos en el comedor familiar), un largo y extenso corte de tono tenso con un solo de violín probablemente eléctrico que adquiere tonalidades musicales cuasi fantasmagóricas, y que va desembocando poco a poco en una fase musical asfixiante (sumándose los sintetizadores), con un remate aún más violento y desasosegante, con una electrónica crispante y percusiva que volverá en el clímax final de la película (el triunfo de la muerte), en el virulento y agresivo Paul’s Regret.

Entre un buen puñado de breves cortes (Black Eyes, Stanley, Shallow Graves), desde lo atmosférico a lo opresivo encontramos el interesante Waiting, donde la electrónica construye un tema pulsante y oscilante, y también un corte que debería ser optimista y liberalizador, Another Family, pero que suena casi desafinado y disfuncional (todo debería funcionar bien, pero por alguna extraña razón, algo no funciona),  donde se nos presenta a la otra familia que aparece en liza, con el tema central que parece querer asomar, de una forma suave, pero donde finalmente la sombra del tema de Travis hace aparición, casi vinculando, poco a poco, el destino de esa nueva familia con el personaje del adolescente.

Finalmente, desatado todo el clímax, y la aceptación del destino de la familia principal tras el devastador, brutal y desolador enfrentamiento final, nos encontramos con el único momento cálido y tranquilo de la partitura, un excelente corte titulado Sarah’s Understanding, donde McOmber, con su música, desea transmitir un último mensaje musical a los protagonistas, un último aliento ya no de esperanza, sino de comprensión ante la fatalidad, un gesto de piedad que la pieza musical infunde al personal, casi queriendo sacudirse toda la tensión acumulada, pero sabiendo, finalmente, cual ha sido el destino de todo.

Conclusión

Es una partitura que no es un alarde de originalidad, ni pasará a los anales de la historia de las bandas sonoras (ni tan siquiera del género), y que incluso por momentos podría definirse como un diseño de sonido, pero que si que esconde por parte del compositor un esfuerzo intencionado a narrar y ser un elemento más, formando parte del engranaje cinematográfico de la incómoda experiencia visual que supone It Comes at Night.

Es de aplaudir el intentar cosas nuevas (que ya no suenan tan nuevas, sea dicho de paso, ya que está casi todo inventado), y aunque no sea algo memorable, si es un trabajo digno, serio y ajustado, cumpliendo, en última instancia, su función; servir a los fines narrativos de la película.

It Comes at Night

01.It Comes At Night (1:35)
02.Flames (0:48)
03.Close Your Eyes (2:24)
04.Sores (2:05)
05.The Road (3:01)
06.Wet Dream (1:09)
07.The Triumph Of Death (5:41)
08.Waiting (1:14)
09.Black Eyes (0:50)
10.Shallow Graves (1:06)
11.Travis’ Theme (1:02)
12.Another Family (2:23)
13.Stanley (1:02)
14.If He’s Sick, Then I Am Too (2:24)
15.The Red Door (2:01)
16.Planning And Preparation (2:31)
17.Stairway To Hell (0:41)
18.Paul’s Regret (2:50)
19.Travis’ Acceptance (3:09)
20. Sarah’s Understanding (3:20)

Duración total: 41:16 minutos
Compositor: Brian McComber
Sello: Milan Records
Formato: CD
Fecha de publicación: 30 de Junio 2017