In Memoriam: Richard Rodney Bennett

Escrito por , el 31 diciembre 2012 | Publicado en Apuntes

El día 24 de Diciembre fallecía en su ciudad adoptiva de Nueva York, el compositor británico Sir Richard Rodney Bennett, con 76 años de edad. Según los medios británicos, Bennett murió tranquilamente la víspera de Navidad, en su casa de la ciudad donde residía desde 1979.

El compositor, que era considerado una de las figuras legendarias de la música de cine británica, contaba también con una extensa producción musical que abarcó casi todos los géneros: música popular, neo-clásica, jazz, música  de vanguardia… Más de 200 composiciones para concierto, así como ballets, óperas, sinfonías y música coral, avalan su trayectoria más clásica. Pero el reconocimiento más mediático, sin duda, se lo proporcionaron sus tres nominaciones al Oscar y su Premio BAFTA. A pesar de su éxito en el mundo del cine, siempre consideró esta faceta por detrás de su vocación, la música de concierto, y de su larga relación con el jazz, género para el que no solo compuso durante 50 años, sino que también fue intérprete.

Una breve biografía

De madre pianista y compositora (estudió con Gustav Holst), Bennet nació en el sur de Inglaterra (Broadstairs, condado de Kent) en 1936, y como muchos genios empezó a componer a los 6 años. Con 18 contaba ya con tres cuartetos de cuerda y había publicado su Sonata for Piano (1954), aunque no produjo su primer trabajo profesional hasta 1961, la ópera “The Ledge” para la Sadlers Wells Opera Company. Estudió en la Royal Academy of Music, asistiendo también a cursos de verano en Alemania. En esta temprana época sus estudios de técnicas modernistas le llevaron dos años a París, a aprender del gran Pierre Boulez. Es la década de los 50, y el vanguardismo europeo estaba en boga.

Bennet se convirtió en un experto pianista, ya que se pagaba sus estudios tocando piano jazz, aunque en esos comienzos de esta carrera paralela que mantuvo hasta sus últimos tiempos, aún no cantaba. De gustos muy eclécticos a pesar de su formación técnica, sin embargo esta ausencia de preferencias musicales nunca implicó precisamente una fusión de estilos en su música, sino más bien un estilo dramático abstracto propio. Más tarde, en los años 60, fue profesor en la Royal Academy of Music, y en los primeros 70 en el Peabody Institute de Baltimore.

Aunque ya llevaba desde finales de los 50 componiendo para cine y televisión, y en los 60 para la escena londinense, fueron los 70 su década de mayor éxito en este ramo. En 1979 trasladó su residencia a Nueva York, obteniendo la carta verde gracias a Stephen Sondheim y a Leonard Bernstein, que once años antes le había encargado la “Second Symphony» para estrenar en la ciudad de los rascacielos.

Durante los años 90, su predilección por el jazz le llevó a hacer giras tocando el piano y cantando en reconocidos cabarets, clubs de jazz londinenses y una memorable temporada en un hotel de Nueva York, cerca de donde residía, con su espectáculo Pennies from Heaven acompañado de Mary Cleere Haran. Pero sus colaboraciones con importantes vocalistas de jazz y artistas de cabaret, llevaban años sucediéndose en forma de temas, canciones, arreglos y discos, y continuaron hasta 2005, en que formó dúo con la cantante Claire Martin, interpretando canciones populares.

Su gran reputación  y exitosa carrera, le llevó a presidir la Cátedra de Composición Internacional de la Royal Academy of Music en la que había estudiado y dado clases, entre 1994 y 2000. Recibió la Orden del Imperio Británico en 1977, y fue nombrado caballero en 1998, como reconocimiento por sus servicios a la música. También ha sido considerado una de las figuras clave del ámbito musical, dentro de la comunidad gay británica.

De Doctor Who a Cuatro Bodas y un Funeral…

Habitualmente se nombra su colaboración en Doctor Who en los años 60 como uno de sus primeros créditos televisivos. Lo cierto es que el cuádruple episodio “The Aztecs” (1964) siempre sale en el repaso de la trayectoria de Richard Rodney Bennett, por el cariño que la sociedad británica tiene a la longeva serie, pero no es ni de lejos lo más destacable de su carrera. Comenzó como Richard Bennett a finales de los 50 en varios thrillers y dramas criminales, que dieron paso a Indiscreet (1958), una comedia menor en la filmografía de Stanley Donen. En esa época trabajó con Terrence Fisher en The Man Who Could Cheat Death (1959), una producción de la Hammer; con Robert Aldrich en The Angry Hills (1959), basada en un libro de Leon Uris y protagonizada por Robert Mitchum; y también destaca The Devil’s Disciple (1959) del director Guy Hamilton (más conocido por sus Bonds), una nueva adaptación de la obra de George Bernard Shaw, con Burt Lancaster, Kirk Douglas y Laurence Olivier encabezando el reparto.

Las producciones británicas se siguen sucediedo en los siguientes años, con la excepción de su primera película 100% norteamericana, Satan Never Sleeps (1962) el último film del veterano director de «Sopa de Ganso», Leo McCarey. Entre 1962 y 1963 pone la música a tres comedias protagonizadas por Peter Sellers. Trabajó con el después oscarizado John Schlesinger en Billy, Liar (1963), colaboró con el director Peter Yates en su segunda película One Way Pendulum (1964), y puso música al clásico The Nanny (1965) protagonizado por Bette Davis, además de a producciones televisivas como Hamlet at Elsinore (1964), la primera adaptación televisiva de Hamlet fuera de estudio, producida por la BBC y la televisión danesa en el mismísimo castillo de Elsinore, y que encabezaban Christopher Plummer, Robert Shaw y Michael Caine.

La curiosa (cuanto menos) The Witches (1966) fue la otra producción de la Hammer en la que Bennet trabajó, siendo además la última película de la inolvidable estrella de otros tiempos, Joan Fontaine. La primera nominación al Oscar le llega de la mano de John Schlesinger (con el que repetía) en Far from the Madding Crowd (1967) Escuchar suite, drama que adapta la novela de Thomas Hardy del siglo XIX, donde su melódica y romántica partitura era uno de los elementos más notables, ya que le daba a la película buena parte de su emotividad, y capturaba en sus notas el espíritu del condado de Dorset donde transcurre la historia. Ese mismo año, Billion Dollar Brain (1967) la película que el veterano director Ken Russell no quería hacer, fue uno de los títulos donde Michael Caine interpretaba al espía Harry Palmer, una especie de «anti-Bond» de la guerra fría.

De vuelta a Estados Unidos, la película de Franklin J. Schaffner Nicholas and Alexandra (1971) le supuso una segunda nominación al Oscar. Considerada la última de las grandes producciones del Hollywood de otro tiempo, adaptaciones de género épico-histórico, es una joya cinematográfica en cada uno de sus apartados, desde el excelente guión de James Goldman, hasta la cautivadora partitura de Bennett, cuyo bello tema A Love Too Beautiful to Last Escuchar tema se convirtió en uno de los standards de la época.

No mucho más tarde llegaría Murder On The Orient Express (1974), que supondría la culminación de su trayectoria cinematográfica al recibir su tercera nominación al Oscar y por fin un Premio BAFTA tras cuatro nominaciones (después vendrían seis más). Sidney Lumet dirigió la adaptación más recordada de las historias del detective Hércules Poirot, el personaje inmortal salido de la pluma de Agatha Christie. La fuerza de la historia  por sí sola, hubiese bastado para tener una buena película, pero añadiendo tan espectacular reparto como se ha visto en pocas producciones, se obtiene un clásico indiscutible del cine británico de todos los tiempos. La música de Bennet está a la altura del reto que encierra la película Escuchar tema, sobre todo en los pasajes descriptivos, por encima de los incidentales. Utiliza ese inolvidable tema convertido en vals que parece salido de los mismos años 30, y acompaña perfectamente al misterio siguiendo a cada personaje. Es probablemente una de las mejores no ganadoras del Oscar de todos los tiempos. Escuchar Banda Sonora

En los años posteriores y ya centrado en trabajos en Estados Unidos, destacan la inquietante Equus (1977) de Sidney Lumet, The Brink’s Job (1978) de un William Friedkin en sus mejores años, y Yanks (1979) de nuevo con John Schlesinger, donde Bennett vuelve a componer un bellísimo tema de amor Escuchar tema. Los años 80 suponen un regreso parcial al Reino Unido, componiendo para múltiples películas televisivas y también en series y coproducciones, pero abandonando el cine por completo hasta principios de los 90, donde tiene un breve regreso de tres películas, que incluye el gran éxito Four Weddings and a Funeral (1991), su segundo film con Mike Newell.

La que sería la penúltima película de John Schlesinger The Tale of Sweeney Todd (1997), una versión televisiva con Ben Kingsley en el papel del barbero, supondría su última colaboración con el director. Tan solo un trabajo más resta en su haber, la miniserie de la BBC Gormenghast (2000), por la que obtuvo su última nominación al BAFTA, y que completa su filmografía de 50 títulos.

Richard Rodney Bennett (1936-2012) R.I.P

Prolífico y versátil músico, pianista, cantante y compositor, su nombre ha sido clave en el ámbito de las artes en Reino Unido en los últimos 50 años. Su obra, más allá de la cinematográfica, que es por la que aquí le rendimos este último homenaje, es referencia indiscutible de modernismo y calidad, y le ha granjeado el respeto de toda la profesión. El piano, el jazz, los auditorios y el cine, te echarán de menos Maestro.