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Crimson Peak (Versus)

Brille en la luz, pero mate en la oscuridad


Había ganas de ver a Fernando Velázquez en Hollywood en un proyecto “A”, pero el resultado no ha sido del todo satisfactorio. Dirán algunos que ni si quiera mínimamente satisfactorio. Y es que su score para La cumbre escarlata deja tantas luces y sombras como la propia película, y como la misma historia que narra. De hecho, por simplificar, es en las luces de la historia donde Velázquez se muestra más seguro, como esos compases iniciales de su tema principal (Edith´s Theme o Buffalo), donde con ligeras variaciones instrumentales consigue sacarle buen partido a la melodía, e introducirnos en un cuento y en un personaje.

El problema radica en que la misma película pierde interés a medida que nos adentramos en el terreno del terror, del cliché más vulgar, y abandonamos una primera hora de película interesante e intensa, en un juego entre el suspense y el romance del que Velázquez saca partido con su opción de un score “antiguo”, clásico (Valse sur une berceuse anglaise), que contrastará perfectamente con la música de tensión (Optician). Una vez nos alejamos de esa propuesta inicial, sugerente, la música se ciñe a los “requetesabidos” golpes de efecto orquestales y demás recursos de sobra conocidos del cine de terror.

Dicho de otro modo, que cuando llega la cinta a Allerdale Hall, a la cumbre escarlata, la película y la música se sumen no ya en la oscuridad, sino en la indiferencia, y ambas pierden emoción y cometido. El score es, no obstante, muy superior a la película, y más apreciado hubiera sido si en la edición de Quartet Records se hubieran desechado todos esos cortes de menos de un minuto que no están más que para entorpecer la escucha, a sabiendas de que tan solo recogen golpes orquestales nada originales. De hecho, allá donde Velázquez es capaz de componer una secuencia completa musicalmente, apreciamos la evolución narrativa de su música, de su tema principal fundamentalmente, que adquiere multitud de registros diferentes, como si de distintos estados psicológicos se tratase.

Por todo ello, y aunque para algunos (como el que escribe a continuación) las historias de fantasmas debieron acabar con la muerte del “marshmallow” gigante, el Crimson Peak es una obra apreciable, con más virtudes que defectos, y desde luego buena música de cine, narrativa, colorista. Pero no es una gran banda sonora de cine de terror, hecho que aprovecharán Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Óscar Salazar para lanzar rayos y truenos contra ella. Es injusto. La guardiana de la puerta era chelista.

Braulio Fernández


Sin riesgo en la lucha, no hay gloria en la victoria


Un placer tomar el relevo, Moquete. Parece que hoy eres tú el que tiene problemas para llegar a una conclusión. Es posible que el tiempo pasado desde nuestro último cara a cara haya templado tus ánimos y debo agradecerte, no sin cierta acritud, que hayas estado tan comedido en tu trato hacia mi humilde persona. Prometo corresponderte. Por esta vez. Y sin que sirva de precedente.

La cumbre escarlata de Fernando Velázquez no es para echar rayos y truenos, porque no se lo merece, pero sí es para lamentar una oportunidad perdida. Sinceramente creo que la película va perdiendo interés según avanza y lo mismo le pasa a la música, que comienza con un romanticismo gótico exacerbado, con bellos y sencillos temas en el estilo inconfundible del compositor vasco, para terminar de lo más rutinario.

No cabe duda de que es al principio de la historia donde Velázquez se da el gusto de pasárselo bien. El tema de la protagonista arranca con un piano al que acompaña el chelo, entre soñador y melancólico, para unírseles al poco una esplendorosa orquesta. Más que describir al personaje, la música nos dibuja el estado mental que lo envuelve y, un rato más tarde, incluso nos apunta el tema de la oscuridad. También tenemos un divertimento que nos sitúa en Búfalo, tanto geográfica como temporalmente. Y un elegante vals que tiene que haber sido una delicia componer.

Una vez que la acción se traslada a Inglaterra, y la música se vuelve más oscura, los temas dejan de desarrollarse. Simplemente, se vuelven igual de oscuros. Y aumenta la cantidad de música de acción y misterio, bastante inconexa por otra parte. Como la película misma, que ya va a la deriva, con un buen diseño de producción y unos personajes perdidos en unos decorados de cuento.

Si hay una cosa digna de alabar en el caso de Fernando Velázquez es que posee un estilo claramente reconocible y es fiel a él. Y, sin embargo, esta gran virtud, a veces, juega en su contra: teniendo el talento necesario para hacerlo, no le suele gustar arriesgar. Algo que, desde el punto de vista de la industria (ese monstruo del que los aficionados ni sabemos ni queremos saber), es un arma de doble filo, porque la misma siempre busca algo fácilmente identificable a lo que agarrarse, pero que a la vez suene nuevo.

Velázquez tiene los contactos y el talento. Tiene la experiencia. Sólo le falta arriesgarse un poquito, en las soluciones musicales. Sobre todo, cuando uno quiere comerse Hollywood y no hacer sólo películas de terror o de género fantástico. Algo muy digno, si no se aspira a más. Pero Fernando Velázquez aspira a más. Espero que sepa aprovechar su siguiente gran proyecto con las mismas ganas que éste y con un poco más de valentía. Si el “monstruo” le deja.

Óscar Salazar

Crimson Peak

01. Edith’s Theme (1:56)
02. My Mother’s Funeral (0:50)
03. Buffalo (2:08)
04. After the Ghost (0:36)
05. Soft Hands (0:46)
06. McMichael (1:05)
07. Valse sur une berceuse anglaise (1:18)
08. Ghost I (1:41)
09. I Desperately Need Your Help (0:54)
10. The Butterfly (0:52)
11. Optician (1:26)
12. Return to Your Ghost (3:55)
13. Allerdale Hall (6:19)
14. The House (1:48)
15. What Was That (0:41)
16. Lullaby Variation (1:41)
17. The Book (0:53)
18. The Attic (1:47)
19. Ghost II (0:51)
20. Crimson Peak (0:54)
21. Ghost III (1:42)
22. I Have to Get Away from Here (1:22)
23. Letter from Italy (0:38)
24. I’m Here (3:02)
25. The Machine / The Box (1:28)
26. Bubbling Up (0:22)
27. Key’s Chase (0:57)
28. You Didn’t Drink Your Tea (0:58)
29. The Gramophone (3:04)
30. You Are Awake (1:40)
31. Let Me Help You (0:53)
32. We Stay Together (1:15)
33. I Know Who You Are (8:15)
34. Lucille & Showdown (10:46)
35. Finale (1:52)
36. Credits (4:11)

Duración total: 74:46 minutos
Compositor: Fernando Velázquez
Sello: Quartet Records
Formato: CD, Download
Fecha de publicación: 14 de octubre de 2015