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Arrival (Versus)

El lenguaje musical como método de comunicación

Intencionalidad y sordera, viejo amigo. Me explico, porque igual tampoco me entiendes…

El compositor, ese que muchos han destacado por su partitura para La Teoría del Todo (y que para mí es un bonito tema central y poquito más), ha destapado el frasco de las esencias y se ha convertido en un compositor ajeno a la tendencia medio audiovisual reinante.

Es avant garde, innovando y buscando ese sonido que describa el contacto de la raza humana con extraterrestres recién llegados con una intención, con un objetivo; uno similar al del director, tratar de comunicar al espectador la grandeza y lo “marciano” del contacto.

Todo excede al ser humano; el corte Arrival, con ese sonido alienígena y ese lamento de voz ya es una perfecta tarjeta de presentación para que nos demos cuenta de la dimensión del contacto, de la cruda realidad, o ese brutal e impactante sonido en el corte First Encounter, donde Jóhannsson juega a sacarnos de la película pero nada más lejos de la realidad; complementa esa sensación de que la situación supera al ser humano, de que todo nos excede, de irrealidad.

Eso es intencionalidad, con el único pero de que la parte más emocional y orgánica pertenezca a otro compositor por imposición; y eso la convierte no solo en una excelente creación musical, sino en una de las mejores del año, donde orquesta, voz humana y sintetizadores se convierten en elementos narradores y comunicadores.

Y sordera, querido amigo, es la que tienes tú (en Beethoven era perdonable). Pero no te puedo culpar de ello, tu que prefieres el Transformers de Steve Jablonsky. Eso, querido amigo, si es ruido en su mayor parte, y sin intencionalidad ni innovación ni genialidad.

A unos, lo raro, extraño y novedoso los repela; a otros nos fascina. Dios te conserve la memoria, por lo que es el gusto y el oído vamos buenos…

Rubén Franco


La llegada suena a portero automático

A medio camino entre ciencia ficción y drama, La Llegada (D. Villeneuve, 2016) es un buen film que entre sus muchas virtudes, y desgraciadamente, no se cuenta la banda sonora. Si es que se puede hablar de música, porque en la indecisión del director y el compositor a la hora de fijar un sonido para el score el resultado ha quedado en la nada más absoluta que diría Michael Ende, o aún peor, en ruido, distorsión, y confusión para el espectador.

Uno no sabe, cuando los protagonistas toman el camino de la sala de encuentro con los extraterrestres, si lo que escucha es el sonido de la nave, del viento a través de un tubo, o algún sonido gutural proveniente de los estómagos de los intérpretes. De vez en cuando asalta la nave el sonido de la voz del contestador automático de las llamadas a Vodafone en modo bucle, como si se hubiera estropeado. Y lo peor de todo es que a algunos, incluido el incrédulo que firma aquí encima, les parece que se trata de una gran obra.

El problema global de la partitura parte de un aspecto tan decisivo a la hora de confeccionar una banda sonora como es decidir para qué vale la música en el cine. Pensábamos que “Scorseses” aparte, esta duda fundacional estaba superada, pero no. Solo hay algo peor que no saber hacer buena música, y es no saber qué hacer con ella. El ruido confuso, sintetizado y coral, como se puede describir en tres palabras el score de Arrival dista mucho de ser el experimento de “ambiente” de Sicario, que puede tener un pase. No sabían qué hacer, y optaron por no dejar indiferente a nadie, sacando de la película al espectador con efectos de sonido.

Pero el colmo, y quizá la mejor demostración de la falta de competencia de Jóhannsson, es cuando la música suscribe el drama, y pasan de él, licenciando una pieza “pre-escrita” de otro compositor, que encima queda impostada, redundante, y ni por asomo aporta lo más mínimo. Entre otras cosas porque quién la escribió nunca pensó en los personajes ni la trama para los que finalmente fue utilizada. Lo que demuestra es que el tal Villeneuve es otro de esos “metomentodo” que no cree en el poder sagrado de la música cuando se funde con las imágenes. Y que opine lo contrario el fan número uno del compositor que escribió Outland, Alien, Capricorn One

Braulio Fernández

Arrival

01. Arrival (2:50)
02. Heptapod B (3:42)
03. Sapir-­Whorf (1:16)
04. Hydraulic Lift (3:32)
05. First Encounter (4:49)
06. Transmutation At A Distance (1:34)
07. Around The Clock News (1:34)
08. Xenolinguistics (3:29)
09. Ultimatum (1:52)
10. Principle Of Least Time (1:20)
11. Hazmat (4:48)
12. Hammers And Nails (2:31)
13. Xenoanthropology (3:08)
14. Non-Zero-Sum Game (4:17)
15. Properties Of Explosive Materials (3:31)
16. Escalation (2:02)
17. Decyphering (2:05)
18. One Of Twelve (3:09)
19. Rise (1:47)
20. Kangaru (2:55)

Duración total: 56:11 minutos
Compositor: Jóhann Jóhannsson
Sello: Deutsche Grammophon
Formato: CD, Download, LP
Fecha de publicación: 11 de noviembre de 2016