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Al Salir del Cine: «Krampus»

Escrito por , el 25 enero 2016 | Publicado en Apuntes

Sobre la Película…


Es Navidad y Max (Emjay Anthony) desea una familia unida y que todos sus miembros se lleven bien, incluido sus recién llegados e insoportables tíos y primos, los cuáles no harán más que avivar la llamar que ya de por sí divide a la familia Engel. Tras comprobar lo infructuoso de su cometido romperá su carta a Santa Claus y con ello, involuntariamente, invocará a un oscuro espíritu que acudirá a hacerle la vida imposible a esta familia.

Krampus – Maldita Navidad (del director Michael Doghertley) recupera ese espíritu de comedia negra navideña de los 80 (el recordatorio de Gremlins está siempre presente) en la que los principios y buenas virtudes navideñas se están cuestionando constantemente.  Ofrece una visión de una familia lastrada por el deber de llevarse bien y de los propios problemas entre los distintos miembros, incapaz de tener una comunicación normal y de recurrir a ese niño que todos llevamos dentro para recuperar la armonía.  Esos malos augurios se harán presentes en la forma de un tétrico ser que viene a castigarles. Tendrán que ponen en común sus fuerzas y buenos sentimientos  si quieren sobrevivir las noches que les quedan por pasar juntos.

Lo dicho, la película es un puro deleite malsano y travieso, alimentado por ese espíritu ciertamente corrosivo (aunque en ningún momento hiriente) del reverso de las Navidades.  Resulta entretenida y muy fácil de ver y se convierte casi en un clásico instantáneo si no fuera por la falta de gallardía expuesta en ciertas ocasiones  Seguramente debido al bajo presupuesto con el que contaba la película no termina de ser todo lo abrasiva que podía haber sido o desplegar todo el maleficio que podía haber desplegado.

Todo está muy bien formulado, honestamente dirigido (e interpretado) y la esencia de este tipo de películas está, sin embargo, podrían haberse tirado al vacío con alguna escena más espeluznante o hiriente  que la inmortalizase dentro de los clásicos navideños.  Siempre está en el límite de lo incorrecto y el sobrepasarlo hubiese sido todo un acierto.

Sobre la Banda Sonora…

El compositor hace todo un despliegue de recursos orquestales, desde la música más propiamente de suspense e inquietante (más convencional), la más puramente emocional (casi inexistente debido a que esto es un cuento negro y los sentimiento quedan prácticamente anulados) y una más caricaturesca y explosiva.  La segunda desaparecerá prácticamente desde un principio al introducirnos directamente y casi sin preaviso en las sombras y el tenebrismo que es el principal fuerte de la banda sonora y con el que el compositor quiere subrayar sus propósitos.

Pero será la parte más guiñolesca y sardónica la que más destaque musicalmente hablando. Está irá dedicada a los esbirros de Krampus y desplegará toda su fuerza en una parte final completamente desatada e inspirada. Lo macabro se une con lo inocente y la Navidad se convierte en un divertido castigo para aquellos que osan desafiar sus preceptos más básicos.

Pipes sabe mezclar hábilmente durante todo el trabajo los cánticos de tradición navideña con su propia música orquestal oscureciendo estos temas y quebrando la paz y armonía a favor de un particular via crucis, eso sí, siempre muy navideño.  No hay tiempo para el respiro en esta familia mal avenida y prácticamente desde un principio no conectaremos con ellos porque el compositor se encarga desde un principio de atormentarlos con su música. La música se convierte así en un severo castigo que pasa a engrosar la lista de una de las mejores y mejor concebidas bandas sonoras del año